La eficacia media de la vacuna de Oxford y AstraZeneca es de 70,4%
PANDEMIA. Los hallazgos entregados por la farmacéutica británica se acercan a la efectividad informada en los estudios de Moderna y Pfizer.
Los anuncios de las farmacéuticas Moderna, Pfizer/BioNtech y AstraZeneca, los de esta última en colaboración con la Universidad de Oxford, sitúan el uso de las vacunas contra el covid-19 un paso más cerca, pero ¿en qué se diferencian estos proyectos en fase III? ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades?
Aunque hay cientos de proyectos en marcha, son estas tres candidatas a vacuna las que han tomado la delantera. Sus resultados de eficacia ofrecen esperanzas, pero la comunidad científica coincide en que aún se debe ser prudentes y cautelosos porque se trata de datos provisionales y quedan muchos detalles por conocer.
El caso astrazeneca
En la actualidad hay 260 proyectos para generar vacunas contra el SARS-CoV-2, coronavirus que está detrás del covid-19, en laboratorios de todo el mundo y, al día de hoy, 56 se encuentran en etapa de validación clínica, de un total de 109 ensayos. La última en dar a conocer sus resultados en fase III fue AstraZeneca.
La vacuna desarrollada por la Universidad inglesa de Oxford y esta compañía tiene una eficacia media del 70,4 % (dependiendo de las dosis, la efectividad oscila entre el 62 % y el 90%), según los resultados preliminares difundidos ayer por el consorcio.
Estos datos difieren de la efectividad del 94,5 y 95% anunciada por Moderna y Pfizer, respectivamente. Se trata, todos ellos, de resultados de ensayos clínicos en fase III, la última de las etapas.
Los ensayos clínicos tienen tres fases, más una cuarta de revisión aplicable, solo cuando el fármaco o vacuna ya tiene la aprobación de las agencias reguladoras y está en el mercado. Cada una de las etapas de un ensayo está diseñada para responder a unas preguntas.
En este caso, se está comprobando si la inmunización protege de verdad a la población frente a la exposición del patógeno. Las agencias reguladoras han comenzado a examinar los resultados en fase III, aunque ninguno se ha publicado en revistas científicas.
Similitud de proyectos
Los tipos de vacunas en desarrollo son variados y utilizan distintos mecanismos para enseñar a nuestro sistema inmunológico a reconocer al virus con antelación, para que sea capaz de producir los elementos necesarios para combatirlo en caso de infección.
Las candidatas de las estadounidenses Pfizer y Moderna -esta, en colaboración con los institutos de salud de ese país- son parecidas y se sustentan en tecnologías que no se habían utilizado hasta ahora, por lo que no hay precedentes sobre qué esperar de ellas.
La británica usa sin embargo otra técnica, un virus vector, una versión atenuada de un adenovirus de chimpancé -resfriado común-, genéticamente modificado para impedir su replicación en humanos.
Además, su conservación es más sencilla: puede almacenarse a temperatura de refrigerador, entre 2 y 8 grados centígrados. Aquí está la principal diferencia entre las tres. Las candidatas estadounidenses necesitan temperaturas bajo cero para mantener el compuesto durante varios meses, aunque la de Pfizer lo tiene, en este caso, más difícil: su conservación a largo plazo precisa de una cadena de frío extrema, de entre -70 y -80 grados.
La de Moderna, sin embargo, podría aguantar 30 días entre 2 y 8 grados y por seis meses a -20 grados.
En los precios también hay diferencias. La más barata sería la de Oxford (unos 3 euros por dosis/3,5 dólares), seguida de la de Pfizer (unos 16 euros la unidad/18,9 dólares) y la de Moderna (unos 20/30 euros, entre 23,6 y 35,4 dólares).