Correo
Tiempo de reflexión
Navidad y fin de año es la oportunidad mas propicia para la reflexión. He aquí donde tenemos que ponernos al día con Dios, los que somos creyentes, y los que no, consigo mismo. ¿Puedo desear Feliz Navidad y Año Nuevo si aún no soy capaz de haberme analizado por dentro y revisar mi conducta con los demás?
También preguntarme si he actuado bien con Dios, con mis padres, mis hermanos, con todos los seres humanos con quienes me interrelaciono en la vida diaria. ¿Realmente hago bien las cosas que me corresponde, como por ejemplo hacer el bien, dar amor, comprensión, enseñanza, solidaridad, respeto?
Lo más probable es que la respuesta sea sí y no; otra respuesta podría ser sí, aunque aún me falta mucho, ¿o estaremos escuchando a aquellos que, por desgracia, abundan hoy que dirán qué me importan los demás, me importa donde yo pueda sacar provecho y con eso soy feliz?
Qué felicidad más grande el poder tener la certeza del espíritu para sacar una conclusión positiva, que no necesariamente pudiera ser la mejor o la más favorable para uno, pero que sí nos haría sentir tranquilos, porque estamos diciendo las cosas por su nombre y la verdad pura y cristalina. Estas son las mejores fechas para los balances en que debemos mirarnos en nuestro espejo de la vida y decir: Dios, me acuso de haber pecado con mi soberbia, con mi deshumanización, de creer que mis semejantes son algo más que hay en el camino.
Esta es la fecha para cerrar los círculos de las deudas espirituales y procurar abrir la cuenta corriente emocional con cero kilómetro. La Navidad o fin de año es una instancia ideal para estar en paz, pero no esa paz simulada; por el contrario, con una paz que llegue a traspasar la epidermis porque es la única forma de dibujar un año venidero que nos haga más hermanos y más positivos.
Buscando una reflexión, me atrevo a decir que sigo pecando, aunque cada vez menos, porque cuando uno avanza en edad, trata de cometer menos errores y de cumplir de manera más correcta en este planeta en una vida que es hermosa aunque compleja.
Mariano González Riquelme
Nueva cepa del covid
Todos los días, distintos factores externos generan movimientos en las bolsas internacionales, pero hace años que un solo factor no incidía tanto como hoy ha sido el coronavirus. Con la aparición de una nueva cepa en Inglaterra, hubo una abrupta caída en las bolsas a nivel internacional, movimiento que responde principalmente al nivel de incertidumbre que se ha incorporado en los mercados debido al desarrollo de esta nueva cepa de coronavirus en el país inglés.
Se ha instalado un nivel de incertidumbre mucho mayor al que veníamos enfrentando hasta ahora. En las últimas semanas, el optimismo se había instalado en los países y en las bolsas, gracias a la autorización de las vacunas, el inicio de la vacunación en potencias mundiales como Estados Unidos, algunos países de Europa e incluso en algunos sectores de Sudamérica. Este panorama contrasta con la aparición de la nueva cepa inglesa, de la cual probablemente existe muy poca información, pero que genera una incertidumbre avasalladora.
¿Es posible que las vacunas no funcionen en este nuevo escenario? Las autoridades sanitarias mundiales y nacionales insisten en que las vacunas sí son efectivas contra esta nueva cepa, pero la escasez de información provoca que los mercados reaccionen con incertidumbre debido a un posible nuevo escenario, que podría incluso ser similar a empezar de cero.
Esto sería devastador porque -independiente de las características de la nueva cepa- aumentaría el confinamiento, instalando así un nuevo nivel de incertidumbre en los mercados. Sin duda se podrían venir jornadas más volátiles con respecto a lo que pase en las bolsas del mundo. No obstante, conforme vaya aumentando la vacunación y haciéndose efectiva, esto debiera comenzar a disminuir, sobre todo si se conoce más sobre la nueva cepa y se bajan un poco las alarmas.
Francisco Aravena, académico de la Universidad San Sebastián
Estado y propiedad
Por las limitaciones de tener al costo de oportunidad como exclusivo marco analítico, algunos suelen decir que el Gobierno regaló "X" dado que dejó de recaudar esa cantidad de dinero. Pero la propiedad no se reduce a una realidad sostenida por un marco estatal. El hombre es dueño de las cosas porque puede hacer uso de ellas y la fuente de ello va mucho más allá que la autorización del gobierno.
El surgimiento de los Estados modernos no convierte a un Estado en el dueño de la propiedad de las cosas, sólo permite (en ocasiones) un dominio más pacífico, pero el dominio de las cosas es anterior al Estado.
Juan L. Lagos
Aglomeraciones en la ciudad
Ojalá que ahora se vacíen las calles de Puerto Montt, ¿o queremos otra cuarentena?
Roberto Cáceres