Calidad de vida urbana en la zona
Ha sido elocuente el estudio nacional para demostrar la distinta trayectoria de Puerto Montt y Puerto Varas. El explosivo crecimiento demográfico de Puerto Montt de los últimos años impone una serie de exigencias urbanas.
Aunque hay quienes recelan de los rankings como métodos de comparación, habrá de admitir que aquellos estudios que llevan buen tiempo de desarrollo permiten realizar evaluaciones a largo plazo y, por lo tanto, detectar los problemas con soluciones de largo, mediano y corto plazo, así como replicar lo que ha dado resultados en otros lugares. Esto es lo que ocurre con el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU), que ya hace varios años realizan el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica con el apoyo de la Cámara Chilena de la Construcción, y que busca evaluar las condiciones de vida en las ciudades del país desde seis dimensiones: vivienda y entorno, salud y medio ambiente, condiciones socioculturales, ambiente de negocios, condiciones laborales y conectividad y movilidades.
A nivel local, lo más destacado en el estudio correspondiente a este año, difundido la semana pasada, ha sido el distinto sino de dos ciudades cercanas y tremendamente complementarias, como lo son Puerto Montt y Puerto Varas. Mientras la capital regional no ha logrado experimentar avances claros en una línea de tiempo de diez años, manteniéndose en la categoría "medio bajo", la ciudad lacustre consiguió saltar desde el nivel "medio bajo" al "medio alto", refrendando las visibles transformaciones de una urbe que está atrayendo a cuadros profesionales santiaguinos debido a sus bondades y a las recientes ventajas que ha entregado el teletrabajo en determinadas actividades.
En el caso de Puerto Montt, su estancamiento de una década pareciera ser el reflejo de la ausencia de una planificación urbana que dé cuenta de las particularidades de una de las urbes más grandes del sur del país, cuyo constante crecimiento demográfico exige una gestión moderna y eficiente que se haga cargo no sólo de una muy legítima agenda social, sino que también de la necesidad de diseñar proyectos y buscar recursos con los que pueda mejorar la brecha. Su condición de gran ciudad del sur, polo de conectividad terrestre, aérea y marítima y capital regional, le imponen a Puerto Montt la exigencia de convertirse en una ciudad moderna y amable para todos sus habitantes.