El término de 2020 e inicio de 2021 no nos pueden dejar indiferentes frente a una pandemia que ha azotado a todo el mundo y dejado una huella de dolor tanto en personas como en actividades.
En primer lugar, nuestras condolencias para todas las familias que han perdido a un ser querido. Un reconocimiento a todo el personal de salud. Su esfuerzo, sacrificio y entrega han permitido que miles de personas puedan sortear con éxito esta enfermedad. No existe virtud más destacada que aquella que reporta un sacrificio personal para hacer el bien a un tercero. De ahí la importancia de tomar conciencia que el autocuidado no es sólo para protegernos a nosotros y al entorno cercano, sino también a estas personas que están al límite de su capacidad física y mental.
Nuestra solidaridad con los sectores y actividades económicas que lo han pasado más mal y que siguen sufriendo: turismo, gastronomía y comercio en general. Para todos aquellos emprendedores y sus trabajadores, una especial muestra de preocupación y nuestro compromiso de tocar las puertas que sean necesarias para que tengan la ayuda y el apoyo del Estado, y que puedan salir adelante.
Como también lo hemos manifestado, esta pandemia saca a la luz brechas que existen en nuestra sociedad. La conectividad digital es una de ellas, que manifiesta su mayor expresión de precariedad en el mundo rural. La iniciativa del Gobierno Regional de inyectar recursos en esta realidad es una muy buena noticia. Para sacarle lustre a esto, necesitamos cambios normativos y regulatorios que no entorpezcan el despliegue de la red de fibra óptica. El ejemplo más notorio es la norma que exige soterrar este sistema a una profundidad de al menos 1,2 metros, cuestión que eleva enorme e innecesariamente el costo, alejando del desarrollo sostenible e integral a quienes viven en la no conectividad o ruralidad digital.
Otro de los sectores que necesita apoyo es la pesca artesanal. Trabajar en planes de integración, participación e incorporación en las industrias que se desarrollan en el borde costero, es otro desafío que debemos profundizar.
Por último, un reconocimiento a los prestadores de servicio a la industria acuícola que a pesar de las dificultades y contratiempos, han mantenido y sostenido la logística de esta actividad. También para quienes realizan conectividad y que han posibilitado la integración territorial del sur austral en estos tiempos difíciles.
Héctor Henríquez Negrón, presidente de
Armasur y de la Multigremial Los Lagos