Correo
Inducción al suicidio
El jueves falleció María Luisa Sandoval Fiedler, conocida estos días por un desafortunado episodio en Puerto Montt. Se encontraba estacionada en un lugar para discapacitados, sentada al volante de su auto con el motor encendido, a la espera de su madre, quien tiene movilidad reducida. Fue controlada por carabineros y en un acto de desesperación y descompensación, intentó huir y arremetió con el vehículo al personal policial, siendo detenida bajo el uso de la fuerza.
Luego fue llevada a la comisaría, en donde su madre la encontró en el piso del calabozo atada de pies y manos. Fue golpeada en sus piernas y brazos, habiendo recibido una "pateadura" por algunos agentes del Estado, quienes la tenían bajo su custodia y cuidado, lesiones que fueron constatadas y calificadas como leves, y cuyas equimosis eran visibles hasta el día de su muerte, lo que constituye un delito de lesa humanidad.
El parte policial dice maltrato de obra a carabineros, aunque el criterio del fiscal fue formalizarla por "homicidio", entre otros, pidiendo la prisión preventiva y quedando ella en la cárcel, en donde también habría sido vejada por agentes del Estado (gendarmes), quienes además de golpearla (según los dichos de la víctima), la privaron de sus medicamentos al tener ella una enfermedad de trastorno bipolar con riesgo suicida, la que era conocida ya a esas alturas por los intervinientes: Carabineros, fiscal, defensor y Juzgado de Garantía. Ante una patología diagnosticada y en tratamiento, con riesgo suicida, debió ser hospitalizada y estabilizada, como con Nano Calderón, pero todo el sistema le falló.
Algunos "medios de comunicación" locales a través de redes sociales expusieron el caso sin mediar límite ni profesionalismo alguno, acosando mediáticamente a la familia y llegando a su casa a hacer una entrevista. Este actuar, sumado a los "cuidados" recibidos por agentes del Estado, quienes la torturaron y privaron de sus medicamentos, el intento de figurar de un fiscal que no trepidó en recalificar los hechos como "homicidio" ante lo mediático del caso, y la paupérrima salud mental del sistema, fueron la mezcla perfecta que derivó en que una madre de dos niños se quitara la vida.
Malicha recibió amenazas de muerte, funas en redes sociales, comentarios que hicieron burlas y festinaron con la noticia. Mi prima fue inducida al suicidio, ante la vista de sus pequeños hijos. Todo acto, sea por acción u omisión, tiene consecuencias. En este caso, terminaron con la vida de una madre, presionada hasta las últimas consecuencias por actos que están siendo investigados y de los que me haré cargo en tribunales, afectándose su derecho a la vida e integridad física y psíquica, su honra y la protección de sus datos personales.
Andrés Sandoval Mancilla
Pandemia y prohibiciones
No debe sorprender a nadie que las medidas restrictivas impuestas para enfrentar el covid-19 no den resultado en el país. Culturalmente, entendemos que sólo la ley, en cuanto voluntad soberana de la nación, es capaz de mandar, prohibir o permitir algo.
Pero como ha quedado en evidencia, las leyes no resuelven problemas reales. Esta es la fantasía cultural que compartimos. Somos el país de las leyes con nombre: la Ley Emilia, Ricarte Soto, Antonia, Zamudio. Incluso para que respetemos a los animales, dictamos la Ley Cholito.
Las leyes no resuelven problemas reales, pero nos encanta creer que sí, y los dirigentes, ante las necesidades y dificultades de la población, nos dicen: enviaremos un proyecto de ley al Congreso. Las leyes por si solas no aumentan las pensiones, las leyes no mejoran salarios, las leyes no disminuyen la delincuencia, no reducen el desempleo, no mejoran la educación.
La última de estas promesas es con mayúsculas y se llama nueva Constitución. Es la ley suprema. La norma de normas. Y nos ha parecido coherente: si fantaseamos con que las leyes cambian la realidad, entonces una nueva Constitución resolverá todos nuestros problemas. Eso se ha prometido a la ciudadanía.
Mientras tanto y como era de esperar, atendido que las leyes no cambian la realidad, aquí estamos los habitantes de la Provincia de Llanquihue, en Los Lagos, soportando una nueva cuarentena total.
Lorenzo Miranda Morales
Narváez y Marinovic
Dos mujeres arribaron a la política chilena: una por la izquierda, otra por la derecha. La llegada de Paula Narváez evidencia el nulo peso que tuvo la ex Nueva Mayoría después del 18 de octubre. Tal fue su intrascendencia que tuvo que venir el bacheletismo en auxilio de la centroizquierda.
La llegada de Teresa Marinovic, por su parte, demuestra que en Chile Vamos siguen sin entender la diferencia entre negociar y ceder.
Juan L. Lagos
Cuarentena de Puerto Montt
Si nos tomamos en serio el riesgo de contagio, la cuarentena de Puerto Montt será de cuatro meses otra vez.
Pedro Arancibia