Cayenel: las peripecias de una estatua aborigen
El lonko Cayenel, fornido representante y portavoz de las comunidades originarias pre fundacionales de Puerto Montt, -según el relato de la voz ancestral-, jamás se imaginó que cuando ya no existiese -estando Melipullí transformado en Puerto Montt, la moderna capital de la Región de Los Lagos que es hoy- sería objeto de la inspiración del prominente artista escultor porteño Pedro Bustamante Ampuero, quien (1978) hizo una imponente estatua del aborigen en su honor.
Sin embargo, ella no logró permanecer para siempre en esta ciudad puerto, forzada por arreglos urbanos y el vandalismo a su traslado a la localidad de Alerce, a pesar de la inconformidad de su creador, cuya anuencia, extrañamente, nunca fue considerada.
Prestigiada trayectoria
Don Pedro es un conocido cultor de las artes -de extensa y prestigiada trayectoria, en la escultura especialmente, y como caricaturista y pintor-, que ha creado varias obras que engalanan sectores importantes de Puerto Montt. Lo ha hecho, más que nada, motivado por el entrañable amor que le tiene a su terruño natal.
Destacan -entre sus creaciones artísticas, además de Cayenel- los bustos de Vicente Pérez Rosales, Bernardo O'Higgins, Arturo Prat y el capitán de fragata Buenaventura Martínez; la efigie de la monumental lancha chilota "Camahueto", frente al Terminal de Buses; el mascarón de proa del barco, monumento turístico, en el acceso al balneario de Pelluco, entre otros.
De igual modo, sobresale uno de sus aportes favoritos a la ciudad: la Galería de Arte, en calle Chillán 138, que se inauguró el 17 de noviembre de 1969. Donde -por más de 30 años- se expusieron, periódicamente, óleos de pintores locales y visitantes, incluyendo los bustos realizados por connotados escultores.
Cayenel y patrimonio
Las distintas piezas esculturales, erigidas por Pedro Bustamante, -trabajadas con tanto amor e inspiración por la destreza de sus manos y su honda vocación de custodio del pretérito patrimonial de Puerto Montt-, son el gran motor de ese ejemplo de entrega por la preservación enriquecida de la identidad local.
El mismo revela que una de las obras que le ha causado más preocupación, como suele ocurrir con los propios hijos, "ha sido la dedicada al aborigen Cayenel, como un reconocimiento a los primeros habitantes de esta ciudad y región, quienes antecedieron y colaboraron a los colonizadores españoles y germanos". Entre esos pioneros, él puso al lonko Cayenel, representando a las comunidades originarias precursoras de esta zona, que aquí estaban y, de algún modo, prestaron su ayuda. Por eso, a finales de la década de 1970, creó la efigie de Cayenel, cuyo nombre ya destacaba en un sector urbano de Puerto Montt (Chillán-Varas, Juan José Mira, subidas de Lota y V.P. Rosales). De partida, la estatua fue instalada en un lugar inadecuado, alejado del centro, entre las calles Seminario y Ejército, donde permaneció hasta el 2008. Labores de restauración del área, además de algunos ataques vandálicos, obligaron a sacar, reparar y guardar el monumento en bodegas municipales, donde estuvo varios años, hasta que finalmente apareció emplazado en Alerce, su actual ubicación.
Primera estatua de pie
"No estoy de acuerdo que Cayenel esté ahora en Alerce, porque pertenece netamente a Puerto Montt. Se buscó como motivo de sacar la efigie de Seminario-Ejército, por arreglos de la calle. Pero lo extraño fue que nunca más volvió allí, lo que considero una demostración racista discriminatoria y una falta de respeto a mí como su creador...Y nunca se le dio un lugar digno y merecido, en el corazón de la ciudad, siendo una expresión tan importante de nuestros antepasados", enfatiza, dolido, Bustamante.
Al mismo tiempo, el escultor resalta que la de Cayenel fue la primera figura completa de pie que construyó, ya que las otras eran bustos y alegorías.
Subraya que demoró un año y dos meses en moldear y levantar la estructura de 2 metros 25 centímetros, que es de fierro, cemento y arena, y que pesa 1 tonelada y media.
En abril de 2011, José Aburto Ancapán, siendo en aquel tiempo concejal de Renovación Nacional, sobre el tema, escribía en una carta al Diario El Llanquihue: "En reiteradas oportunidades he llevado como iniciativa al Concejo Municipal y al Sr. Alcalde, Rabindranath Quinteros Lara, la inquietud obtenida de constantes conversaciones con grupos étnicos que representan nuestras raíces, la necesidad de ubicar la estatua del cacique Cayenel, en un lugar destacado de la ciudad, como el costado de la Plaza de Armas, cerca de la Plaza de los Colonos Alemanes. La figura de este cacique representa al mundo cultural que habitó Melipulli antes y durante la llegada de los colonos alemanes a esta zona. Y por ser los primeros habitantes de estas tierras, merecen ubicarse en este lugar, para que todo turista que visite Puerto Montt conozca la realidad histórico cultural nuestra. Esta capital regional ya es una ciudad cosmopolita, que cohabita y trabaja para desarrollar juntos nuestra región. Y de esta forma, podamos rendir un pequeño homenaje a nuestros ancestros".
Un enigma rondando
Un enigma que siempre ha estado rondando a la efigie de Cayenel, se refiere a quién fue verdaderamente este personaje... Ha llamado la atención de historiadores regionales, quienes incluso han puesto en duda su existencia, llegando a mencionar que sería un epónimo surgido de la deformación del concepto original "Calle de la Miel", como denominaban antes al barrio que nacía en Varas hacia V.P. Rosales, por ser habitado por apicultores... Aunque siempre, se ha mantenido a firme la distinción de homenaje, de parte del escultor puertomontino -a través de Cayenel-, a los pueblos originarios que poblaron la zona antes del arribo colonizador.
Entretanto, el Consejo de Monumentos Nacionales -sobre el tema-, aclarando, ha puntualizado que "en 1849, en su bitácora de viaje al sur, el marino Benjamín Muñoz Gamero señaló la existencia de un "Inspector Cayenel", para indicar la presencia de una autoridad local que ejercía el poder administrativo previo a la llegada de los colonos alemanes".
Lo que está claro y que no hay que desconocer -y sobre todo agradecer-, es la noble intención y el justificable aporte de identidad patrimonial a Puerto Montt, que han significado las distintas obras escultóricas creadas por el artista puertomontino Pedro Bustamante Ampuero. Quien ha brindado el mejor homenaje a nuestros antepasados, -plataforma de grandeza y un futuro promisorio-, a través de sus talentosas creaciones esculpidas con tan grande amor y perseverante pasión.