Vicente Pereira

La vida de la sicóloga Paula Narváez (PS) cambió de un momento a otro. De forma inesperada, como ella misma lo reconoce, su nombre apareció en la carrera presidencial de su partido y con más fuerza aún luego que la ex Presidenta Michelle Bachelet respaldara su opción para llegar a La Moneda.

Narváez, luego de reflexionar durante algunos días, decidió aceptar la propuesta que le hicieran llegar también un grupo de mujeres militantes del Partido Socialista e independientes ligadas a este sector político, para que participe de un proceso de primarias abiertas y ciudadanas.

-Con la tranquilidad que otorga el paso de los días, ¿qué reflexión hace de lo vivido durante el último mes?

-Fue algo inesperado porque pensaba en un proyecto distinto, toda vez que estaba trabajando para una organización internacional, en ONU Mujeres para América Latina y el Caribe. Estaba muy dedicada a esto, porque me apasiona mucho el tema de la promoción de los derechos humanos de las mujeres, cuando llegó esta propuesta que tomé con mucha seriedad y con la reflexión de imaginar de si efectivamente podía asumir un desafío de esta envergadura, porque la magnitud de la tarea es enorme. Pero finalmente, creo que no hay por qué restarse y por eso tomé la determinación de asumir este desafío. Además, está la fuerza que me dan esas mujeres que se atrevieron a organizarse (para solicitarle la candidatura) y de los apoyos que he ido recibiendo durante estas semanas.

-Y cuenta con el respaldo de la ex Presidenta Michelle Bachelet, algo no menor...

-Por supuesto, la suscripción de la ex Presidenta Michelle Bachelet a esta carta (de apoyo a su candidatura) es un aliciente muy relevante que lo valoro y del cual me siento muy honrada, así como también del respaldo que me han otorgado muchas independientes y militantes y, por supuesto, aquellos hombres que se han ido sumando a esta iniciativa. Han sido unas semanas de muchos cambios de vida, de decisiones... pero que asumo con mucha responsabilidad y como un deber como ciudadana de este país, como alguien que tiene un profundo compromiso con Chile y con su gente.

-¿Es partidaria de una primaria en el PS o de que se pueda optar por una figura que genere consenso como carta presidencial?

-Lo ideal es competir, que se realice una primaria abierta y ciudadana, y a eso es a lo que me comprometí. Pero la decisión no pasa por mí, sino que por las instancias del partido. Pero lo ideal es abrirse a la ciudadanía, a la opinión que tienen tanto los militantes como los simpatizantes, quienes puedan participar de una primera abierta. Creo que es muy importante que los partidos políticos se abran, ya que necesitan modernizarse y sintonizar más con la ciudadanía; entonces, para mí, este sería el mejor escenario, aun sabiendo que los resultados son inciertos; pero creo que competir es sano para la democracia.

-¿Cree que la oposición debiera elegir una sola carta a través de una primaria?

-Yo creo que es importante que mientras más amplia sea la oposición, se logre unir a un candidato para luego competir en la general, lo que sería un proceso interesante e importante dadas las circunstancias actuales del país. Pero eso es un rol que le compete a los partidos políticos en términos de sus directivas y al trabajo de coordinación que allí realizan; pero yo, por supuesto, me coloco al servicio de todo diálogo que conduzca a la unidad de toda la oposición, que es algo que es tan necesario para entregarle estabilidad y gobernabilidad a Chile.

-¿Una primaria que aglutine a todas las fuerzas opositoras, incluyendo, por ejemplo, al Frente Amplio?

-Iremos viendo cómo se van desarrollando los hechos, qué va pasando en este proceso; pero lo más interesante sería una gran primaria. Pero por ahora, es importante concentrarse en el proceso constituyente, que es el hecho político más relevante de los próximos meses y por eso hay que poner toda la energía en la elección de los candidatos en ese proceso que será, por primera vez, paritario en el resultado. Y es el más relevante para el desarrollo político del país, de aquí a 50 años, por lo que no podemos desviar la atención. Por eso me pongo al servicio y disposición de este proceso.

-Si usted es electa, sería la Presidenta que firme la nueva Constitución...

-Hay que ir paso a paso, sin adelantarse... cada día tiene su afán y hay que ir quemando las distintas etapas, ya que adelantarse no sirve de nada porque uno descuida los tiempos, las acciones y los deberes del día a día. Hoy día estamos en esto recién, ya que hace 48 horas que acepté este desafío y estamos viendo, primero, la viabilidad de ser la candidata del PS, como primera instancia, y luego iremos quemando cada una de las etapas y avanzando con mucho trabajo, con mucha dedicación y con mucha escucha. Pero no hay que adelantarse a hechos que ocurrirán en el futuro y para lo que todavía falta tanto.

ESTALLIDO social

-Usted ha dicho que esta nueva Constitución nace de las demandas de los ciudadanos, de lo ocurrido en el año 2019...

-La nueva Constitución es producto del estallido social y no cabe ninguna duda de eso. Consideremos que la Presidenta Michelle Bachelet, en su segundo gobierno, tuvo el buen diagnóstico de decir que en Chile tenía que darse una nueva Constitución y ella ofreció un camino para ello. Pero luego, este Gobierno lo desechó y el estallido social de octubre del 2019 mostró que era necesario contar con una nueva Carta Magna, porque Chile necesita de una modificación en muchos aspectos, como garantizar derechos sociales que permitan superar las desigualdades estructurales que el país tiene. Para eso se requiere de un nuevo orden constitucional que se haga cargo de este Chile nuevo, de este Chile que emerge. Y es que no podemos ser modernos ni desarrollados con los niveles escandalosos de desigualdades, en plural, que tenemos y, por lo tanto, el marco constitucional tiene que contribuir a la consolidación de este estado social de derechos.

-¿Considera que la pandemia dejó al descubierto las desigualdades que existen en nuestro país?

-Efectivamente, la pandemia le dio la razón al estallido social, porque demostró las enormes debilidades que el Estado tiene en Chile y en otras partes del mundo para responder a las necesidades más básicas y primarias de la ciudadanía, en términos no sólo de la salud, sino que en los efectos económicos y sociales que se está teniendo. Por eso se requiere de un Estado capaz de responder en situaciones tan extremas y límites como una pandemia, por el impacto que tiene en la vida cotidiana de las personas. Necesitamos tener una capacidad de respuesta para este tipo de situaciones que van a ocurrir en el futuro, ya que los expertos dicen que no será la última y por eso tenemos que estar mejor preparados desde el Estado para responder a las necesidades de las personas. La pandemia fue un ejemplo concreto de cómo se vive dependiendo