Silvia Muñoz, la gran dama de la Cruz Roja
Histórica voluntaria relata sus vivencias y resalta el trabajo realizado por la institución en tiempo de pandemia.
"Somos una familia que siempre ha estado al servicio de la comunidad", cuenta con orgullo Silvia Muñoz, quien por más de 50 años ha prestado labores como voluntaria de la Cruz de la Roja, entidad de la cual es, en la actualidad, presidenta del Comité Regional de Los Lagos y Aysén, por lo que bajo su jurisdicción hay 12 filiales.
Es tal la vocación de su familia por el trabajo junto a la comunidad que cinco de sus hijos ingresaron a Bomberos y a ella, en lo personal, ni siquiera la pandemia la ha podido dejar en su casa. Por el contrario, durante estos meses ha desplegado un intenso trabajo en los sectores más necesitados.
Por lo mismo, con orgullo cuenta también que la Cruz Roja ha estado al lado de quienes han sido golpeados por la crisis generada por el coronavirus en esta zona.
Prueba de ello es que la sala de reuniones de la oficina de la entidad regional se encuentra llena de cajas con ayuda para salir a entregar a las familias afectadas por la crisis.
Lo único, eso sí, que Silvia Muñoz lamenta es que durante estos meses no ha podido tener contacto con los abuelitos a quienes ayudan. Pero eso no significa que no se las arreglen para llegar hasta donde se encuentran para dejarles la ayuda que tanto necesitan, como por ejemplo, pañales.
Familia
El trabajo social es algo muy importante para ella y para su familia, porque "desde niños, mis hijos observaron lo que hacía la mamá y por eso ingresaron a Bomberos, ya que nuestro norte de toda la vida ha sido trabajar junto a la comunidad"
Silvia Muñoz recuerda que a la Cruz Roja ingresó 1969, "a instancia de mi esposo. Fue lo más maravilloso que me podía haber tocado, porque ha sido una satisfacción tan grande servir en la Cruz Roja, donde he pasado por todos los puestos".
-Hoy es la máxima autoridad en dos regiones...
-Es una labor de mucha responsabilidad y hemos realizado un trabajo precioso ayudando a la gente, sobre todo en 2020, que fue un año que nos tocó tan fuerte. Hemos entregado alimentos y set de higiene en distintos lugares, como a 130 familias de la Isla Tenglo, 70 de Coihuín y antes habíamos realizado este operativo para beneficio de 22 familias en Lenca. Aparte de toda la gente de Alerce que son postrados y a quienes les llevamos pañales porque eso es una cosa terrible que pasa en Puerto Montt.
-¿Hay muchas personas en esta condición en Puerto Montt?
-Hay mucho postrado, más de lo que la gente se imagina y los pañales son tan caros...más que los de guagua. Imagínese lo que esto significa para una familia que gana el ingreso mínimo si un paquete de pañales cuesta entre 19 y 20 mil pesos... y qué hacen con uno…se ve pobreza. Es terrible. En Alerce tenemos a unas 13 personas postradas más unos 10 en Puerto Montt que reciben nuestra ayuda. Son las personas a las que podemos apoyar, porque tampoco podemos abarcar a todos porque no recibimos financiamiento del Estado. Entonces, con los recursos con los que contamos realizamos la ayuda y si falta colocamos recursos de nuestro bolsillo.
-El abandono de adultos mayores puede ser otro problema en esta zona...
-Hay mucho abandono de adulto mayor. Siempre me dicen que en algún lugar hay un par de abuelitos que están postrados y que no tienen y les pido la dirección para ir.
-¿La pandemia no ha sido obstáculo para desarrollar sus labores?
-No hemos parado de trabajar y el salón de reuniones está convertido en bodega. Hemos repartido mucho y debemos hacerlo con lo que hay, aunque con esto de estar nuevamente en cuarentena como que se nos dificultó la tarea.
-A pesar del cargo, usted no ha dejado de estar en terreno...
-Nunca me gustó estar detrás de un escritorio sin hacer nada. Apenas llegué quise colaborar, trabajar y andar entregando ayuda. Siempre. No se me había permitido primero, pero se me tuvo que permitir, porque para mi el trabajo es estar con la persona que sufre, aunque ahora por la pandemia no puedo estar con ellos; pero sí vamos a sus casas y les hacemos entregamos, en el jardín, de su caja de alimentos y de sus pañales porque no podemos entrar a verlos como antes. Ahora, ellos se sienten felices de que uno llegue a sus casas para conversar. Les gusta conversar porque se trata de personas que están solitas.
-¿Qué le ha parecido la medida de confinamiento?
-El encierro ha afectado a mucha gente. Yo, por ejemplo, no me imagino sin hacer nada, qué hace uno. Qué hace una persona que ha estado toda la vida trabajando fuera... los niños también han sido afectados porque no pueden estar encerrados, lo mismo que los adultos mayores, que tienen que caminar, salir; pero ahora están todo el día sentados y eso no es bueno, porque se tiene que caminar. Yo, todos los días camino como 10 cuadras de ida y de vuelta, entre mi casa y la oficina de la Cruz Roja y por eso digo que los adultos mayores necesitan caminar, tomar aire y no estar todo el día sentado. Pero todo esto ha sido por irresponsabilidad de las personas al no cuidarse.
silvia muñoz comenta que todos los productos que se entregan a la comunidad son nuevos.
"No hemos parado de trabajar y el salón de reuniones está convertido en una bodega"
"Nunca me gustó estar detrás de un escritorio sin hacer nada. Apenas llegué quise colaborar y entregar ayuda"