El día 12 de enero de 2021 invitamos al primer Encuentro Cuenca. Esta instancia pensada para congregar a personas de las cuatro comunas de la cuenca del lago Llanquihue tuvo como objetivo reconectarnos después de un año difícil, de incertidumbres y preocupaciones. Logramos congregar a cerca de 70 personas durante dos horas, y que a pesar de hacerse en modalidad online, tuvo gran convocatoria. Como eje transversal a todo este evento estuvo la interdependencia: cómo cada persona, sea cual sea el lugar donde vive de la cuenca, está conectada con la otra. Esta interconexión nos ha acompañado toda nuestra historia reciente.
Desde 1853 nos conectaron los vapores que unían los distintos puertos, y así fue durante los 100 años siguientes. El Chile, el Cóndor, el Santa Rosa, el Colonia, el Clara, fueron algunos de los nombres de esas embarcaciones que mantuvieron nuestro territorio interconectado de forma tan trascendental para su crecimiento y formación de su identidad. Luego los trenes, conectando por tierra Frutillar, Llanquihue y Puerto Varas. El Flecha, el Rápido y el Expreso fueron los servicios que rápidamente se convirtieron en la principal forma de intercambio luego de que los vapores llegaran a su fin. Hasta hoy nuestras ciudades están marcadas por una faja de tren, que nos sigue conectando físicamente, pero que también nos conecta con una memoria.
¿Qué nos interconecta hoy? Andrea produce sus verduras y hortalizas en Puerto Octay, y en Puerto Varas se comen. Nos conecta la tierra. El humedal Las Ranas filtra las aguas que escurren desde la ciudad de Llanquihue hacia el lago. Nos conecta el agua. La flor del ulmo es polinizada y crece un árbol en Puerto Octay, nos conecta el viento.
Cada día se nos hace más evidente la necesidad de relevar nuestra interconexión permanente como habitantes de este territorio, y de abandonar el pensamiento del metro cuadrado, de la parcela, del barrio e incluso de la comuna. Pensarnos como una red de expresiones diversas y complejas que tienen cabida desde su individualidad, pero también en la suma de esas individualidades, y que sobre todo es consciente de que la resistencia de esa red depende de que cuidemos este espacio cultural y natural, este pequeño trozo del universo que cohabitamos.
Rocío Alvarado, coordinadora
de Cuenca Sostenible