Concreción de las ayudas estatales
Es clave que el Gobierno precise por qué los planes anunciados no están llegando a los sectores del comercio puertomontino que lo requieren. La manifestación callejera de esta semana, tanto en Puerto Montt como en otras ciudades, es una señal de alerta que debiese ser atendida.
Pocas dudas hay respecto de cuáles son los sectores económicos más afectados por la pandemia que ya cumplió un año en el país. Mientras los rubros vinculados a los recursos naturales han seguido funcionando casi con normalidad y hay otros que han podido tener continuidad mediante el teletrabajo, hay dos específicos, el comercio y el turismo, que han tenido que enfrentar meses de inactividad, producto de las necesarias restricciones de movilidad que ha impuesto el Ministerio de Salud para evitar la diseminación del covid-19. Aunque una minoría del rubro gastronómico ha logrado reinventarse mediante el formato del delivery, lo cierto es que la gran mayoría está sufriendo los embates de una larga crisis, agudizada por lo demás, en el caso de Puerto Montt, por la cuarentena de 131 días que hubo el año pasado.
Por ello no es de extrañar el estado de desesperación en que se encuentran muchos locatarios y que los motivó a protagonizar esta semana una protesta en varias ciudades del país. En el caso de la capital regional, salieron a manifestarse por las calles, al tiempo que hubo algunos que desafiaron a la autoridad y flexibilizaron por su propia cuenta las restricciones que están vigentes.
No es primera vez que los comerciantes alegan, como lo hicieron en la protesta de esta semana, en contra de la escasa ayuda estatal recibida durante estos meses. Aunque el Gobierno ha hecho numerosos anuncios de subsidios y créditos blandos, aparentemente hay dificultades para que tales beneficios lleguen de manera efectiva donde se necesita. Hace escasos días, en las páginas de este diario, un representante gubernamental llamaba a los interesados a postular a cuantes veces fuese necesario a los programas de asistencia, en un reconocimiento implícito de las dificultades que hay para concretar los programas.
Es urgente que el Gobierno atienda los planteamientos del comercio y determine con claridad qué es lo que está obstaculizando la materialización de las ayudas. De lo contrario, el malestar, como la crisis, se extenderá e intensificará.