Señales erróneas ante la pandemia
El permiso de vacaciones y las declaraciones exitistas en torno a la vacunación han terminado relajando las medidas de autocuidado. Hay comunas turísticas de la Región de Los Lagos que están sufriendo los efectos del permiso de vacaciones que se dio en el verano.
Tratando de despejar las polémicas que ha habido en los últimos días respecto del estado de la pandemia en el país y las responsabilidades institucionales, cruzadas todas ellas por los intereses políticos, pareciera estar ya meridianamente claro que el peligroso aumento de contagios de covid en el país encuentra entre sus razones más inmediatas al permiso de vacaciones que otorgó el Gobierno durante el verano, las reuniones sociales y la falsa sensación de triunfo que otorgó el temprano inicio del proceso de vacunación a la población. Las responsabilidades, como en todo lo que ha sido este año de crisis sanitaria, están compartidas entre las autoridades y la ciudadanía, de modo que es pertinente ahora advertirlas para no volver a cometer los mismos errores en el futuro inmediato.
El permiso de vacaciones llegó en un momento en que la pandemia estaba lejos de ser contenida. Si bien en ese momento se apeló a cautelar la salud mental de la gente, que ha sufrido un año de privaciones sociales y económicas, añadido a la incertidumbre sanitaria, la señal terminó convirtiéndose en un disparador de traslados entre ciudades y entre regiones, provocando que ciudades turísticas a las que se podía viajar, como muchas de la Región de Los Lagos, empezaran a las pocas semanas a experimentar un incremento de casos activos.
Derivado de esto último, hay un amplio contingente de población juvenil y adulta que cree ser infranqueable al virus, o que bien no cree en él, que ha participado en reuniones sociales y que al final se han transformado en vector de contaminación. En esta categoría, las fiestas clandestinas, como la descubierta estos días en Quellón, Chiloé, constituyen quizás el más triste ejemplo de egoísmo y narcisismo al que se ha asistido desde marzo de 2020.
Por último, la autoridad no fue lo suficientemente clara, al comenzar la vacunación, que la pandemia seguirá presente por un buen tiempo más en el país. Muchos han asumido que los mensajes de victoria temporal equivalen a un triunfo final contra el covid, provocando un inconveniente relajamiento en las medidas de autocuidado.
Esta es la hora de las advertencias: si no se retoma la actitud defensiva ante el virus, el país terminará retrocediendo.