La tragedia del Uru Uru, un lago boliviano de importancia mundial convertido en basural
CONTAMINACIÓN. El humedal está incluido en la convención Ramsar y se considera, junto al Poopó, un milagro de la naturaleza. Ahora en la ecorregión hay metales pesados, plástico y animales muertos.
Efe
Cuando se llega al lago Uru Uru, a unos cuantos kilómetros al sur de la ciudad boliviana de Oruro, ningún esfuerzo parece ser suficiente para frenar la degradación ecológica de ese humedal casi seco al que llegan plásticos, aguas servidas y desechos de la actividad minera cercana.
El desastre se contrapone a la casi olvidada declaración Ramsar, una convención relativa a los humedales de importancia internacional, que se estableció hace casi veinte años tras valorarse que el lago Uru Uru y su vecino Poopó eran una rica ecorregión.
En el Uru Uru y el Poopó existen aproximadamente 76 especies de aves, unos 120.000 flamencos de tres de las seis clases que hay en el mundo, plantas y peces endémicos que han servido de sustento al pueblo de los urus, uno de los más antiguos del continente.
El activista Limberth Sánchez dijo que el Uru Uru es prácticamente un milagro de la naturaleza, ya que se formó a mitad del siglo pasado por un rebalse que hubo del río Desaguadero, aquel que llega desde el lago Titicaca.
"Se formó a partir de 1955 por el rebalse (del Desaguadero)" e incluso "había un puesto de la Armada" en los años de 1960 y 1970, y desde aquel tiempo se han cultivado peces como el pejerrey, karachi y mauri, que han dado vida a "siete cooperativas pesqueras", mencionó.
El Uru Uru no es demasiado profundo, en tiempos húmedos ha llegado a tener hasta metro y medio, sin embargo, ahora el espejo de agua tan solo ocupa 20 de los 214 kilómetros cuadrados, dijo Sánchez refiriéndose a datos de la alcaldía orureña.
Desolador
El punto más crítico es la desembocadura del canal Tagarete, una alcantarilla a cielo abierto, que proviene de la ciudad de Oruro y cuyas aguas pestilentes han traído innumerables desechos diseminados a lo largo de más de un kilómetro.
Las miles de botellas descartables crujen con el sol y parecieran tener vida en la medida que el calor aumenta o disminuye mientras que en el montón de basura hay juguetes viejos, zapatos, pañales usados, envases de todo tipo y hasta varios esqueletos de perros.
Una parte de esa basura está en la superficie, mientas que aquella acumulada en los años anteriores está debajo de la arena a modo de una resina negra nauseabunda en una playa.
El agua del lago "tiene metales pesados como el cadmio, zinc, arsénico, plomo, inclusive el mercurio", menciona lamentándose Sánchez por los desechos de aguas ácidas de la mina San José que hasta allí llegan.
La pesca decadente
"De la riel para abajo (oeste) está apto para la pesca y de la riel para arriba (este) están totalmente contaminadas las aguas", manifestó Félix Quiroz, un pescador que durante muchos años fue un activo dirigente indígena dedicado a reclamar contra la contaminación.
Justamente esa vía férrea construida hace varios años atraviesa el lago y divide el lado más contaminado del que no.
Quiroz ingresó hace unos días y en casi diez horas de faena únicamente pescó un único pejerrey de no más de 15 centímetros cuando hace algunas décadas, antes de 1995, año en el que identificó el declive del ecosistema, el tamaño podía ser el triple.
Incluso, un pequeño refugio turístico en las orillas ha quedado abandonado y no tiene más utilidad que ser un espacio para la cría de algunos cerdos. En la que fue la orilla están varias balsas abandonadas porque "el lago se ha ido", dijo un habitante que prefirió no dar su nombre.
Sin soluciones
En una libreta Guillermo Quispe, que es el director de Gestión Ambiental de la Alcaldía de Oruro, anotó lo necesario para hacer una limpieza de la playa convertida en basurero de unas 10 hectáreas, mientras un grupo de funcionarios hacen un simulacro de limpieza.
Estimó que se necesitan unas 500 personas, guantes de goma, palas, botas, muchos sacos de basura, además de varios camiones de carga y al menos un tractor pala, para retirar toda la basura acumulada en los últimos ocho a 10 meses.
El lago "en un quinquenio puede desaparecer", es necesario "hacer esta limpieza prolija" y un "sistema de rejillas aguas arriba", dijo, pero tanto el número de personas como los datos que manejan parecen ser insuficientes o inexactos.
"Son 240 hectáreas, sin tomar en cuenta el lago Uru Uru", las afectadas por la contaminación, aseveró con seguridad el exdirigente Quiroz, mientras que Sánchez sostuvo que toda esa basura se viene acumulando hace años.
En los márgenes de la parte del lago más contaminada se ven plumas y restos de flamencos y otras aves muertas, que según han comentado los pobladores es porque creen que enferman por la contaminación de las aguas convertidas en esos sectores en un pantano.
La situación ha hecho que voluntarios, funcionarios y políticos hablen de hacer una limpieza profunda, distinta a aquella que se produjo hace unos ocho años, pero dejó basura que nunca se recogió.
No obstante, da la impresión de que mientras la planta de tratamiento de aguas residuales pueda con los desechos y estén habilitadas las plantas de compostaje y reciclaje, las limpiezas que se hagan serán todavía insuficientes.
20 de 214 kilómetros
76 cuadrados ocupa ahora el espejo de agua del lago Uru Uru, según la información de la alcaldía de Oruro.