"Lo más importante será contar con una residencia para las madres adolescentes"
La creación de la primera residencia para madres adolescentes embarazadas es uno de los logros que se podrá concretar, una vez se terminen de realizar los cambios en la nueva forma de operar que tendrá el Sename, desde octubre próximo, en la región y el país.
Luego que el pasado 22 de diciembre de 2020, el gobierno promulgara la ley 21 mil 302, que crea el nuevo Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, el cual debe entrar en funcionamiento a contar del 1 de octubre de 2021, se inició un anhelado proceso para poner fin al Servicio Nacional de Menores, más conocido como Sename, el que hasta ahora y desde 1978 se había hecho cargo, casi de manera exclusiva, de la niñez y adolescencia vulnerada en el país.
Si bien la implementación del nuevo servicio "Mejor Niñez", como lo bautizó el gobierno, está en manos del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, a través de la Subsecretaría de la Niñez, la preparación del traspaso a la nueva institucionalidad, ha estado en manos de los propios funcionarios de Sename y sus directivos.
Vulnerados
En la Región de Los Lagos, el Servicio Nacional de Menores atendió anualmente un promedio de entre 10 y 11 mil niñas, niños y adolescentes vulnerados en sus derechos, alcanzando los 10 mil 98 en 2020.
En diálogo con El Llanquihue, la directora regional de Sename, Lilian Peña, dio a conocer cómo se ha venido preparando el servicio y sus funcionarios, para hacer frente a este proceso de traspaso de la red de protección a la nueva institucionalidad y el definitivo cierre del Sename.
-¿Cómo ve usted el estado actual de Sename en la región y el proceso de instalación de una nueva institucionalidad que lo reemplaza?
-Es una etapa cargada de muchas cosas, emociones, valoraciones, juicios, pero sobre todo desafíos.
El Sename, por décadas, cargó con la responsabilidad de ser el servicio que debió enfrentar la protección, contención y reparación de las vulneraciones de derecho, en muchos casos dramáticas, que sufrieron niñas, niños y adolescentes en el país y en nuestra región. Sin embargo, todos sabemos, incluso los mismos funcionarios y funcionarias,¡ que por décadas entregaron su vida a este servicio, que era necesario avanzar y mejorar la forma en que el Estado venia enfrentando esta responsabilidad.
Hoy estamos frente al último tramo de un camino que todos sabíamos que era no sólo necesario, sino que imprescindible.
Las niñas, niños y adolescentes merecen una nueva mirada en la protección de sus derechos y una nueva forma de abordar, enfrentar y dar respuesta en todas sus dimensiones, a las vulneraciones de derechos a las que puedan ser expuestos. Este proceso no se puede tratar de lo que el Sename ha sido o debió ser, sino del compromiso que como sociedad y Estado asumiremos de aquí en adelante y en esa preparación hemos estado trabajando desde hace ya tres años.
-¿Cómo ha sido ese trabajo en la Región de Los Lagos y en qué ha