Trastornos del espectro autista
Se estima que en el país hay una población de 50 mil menores de 18 años que tiene alguna manifestación de esta condición. Los pequeños avances logrados en el último tiempo en torno a la comprensión del TEA debe derivar luego en el fin de la discriminación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada 160 niños presenta Trastornos del Espectro Autista (TEA) o Condición del Espectro Autista (CEA); mientras que en Chile se calcula que actualmente hay 50 mil menores de 18 años que registra alguna manifestación de este ámbito, las cuales son de origen genético la mayoría de las veces y regularmente se identifican en la comunicación y el comportamiento social.
Según explica Sandra Urra, directora de Psicopedagogía y Educación Parvularia de la Universidad Andrés Bello, mucho hay de mitos y estereotipos en torno al autismo, en parte alimentados por personajes televisivos o cinematográficos que, más que brindar una ventana a la comprensión, llevan a generar etiquetas caricaturizadas que limitan el entendimiento sobre las diversas formas de expresión, vinculación y desenvolvimiento de quienes presentan esta condición.
Hablar sobre autismo no es común a nivel nacional, pero en el último tiempo sí se ha analizado un poco más, al ponerse en agenda pública las medidas especiales en el contexto de la pandemia, para las personas que lo viven. De hecho, ahora existe un permiso diferenciado de desplazamiento para este grupo y sus cuidadores, el cual autoriza salidas diarias, por dos horas, y en todas las comunas, incluso las que están en cuarentena.
Esa consideración se alcanzó gracias a las organizaciones de familiares y especialistas del área, quienes lograron generar conciencia social al respecto. De hecho se motivaron también otras iniciativas que apuntan en la misma línea: la del mayor conocimiento y, por consiguiente, comprensión sobre esta condición. Aquello, por cierto, es un proceso necesario para derribar prejuicios, los cuales se fundan en la ignorancia o distorsión de las verdades.
Todas esas acciones han permitido observar una realidad especial. Por lo mismo, esos pequeños avances debieran proyectarse más allá de las urgencias sanitarias de hoy, para superar barreras discriminatorias que hoy existen en materias como la educación y en la salud, pues no siempre hay capacitación en los equipos para atender a personas distintas; como también en el apoyo a sus familias.