El desesperanzador presente de los locatarios del Mercado de Osorno
COLAPSO. Los 22 locales no han podido operar desde marzo de 2020, lo que significa acumular deudas, despedir personal, problemas de salud e impotencia. Acusan nulo apoyo del gobierno.
Cazuelas, pastel de choclo, ceviches, caldillo de marisco, empanadas fritas, porotos con riendas, y pescado frito con acompañamiento son algunos de los platos tradicionales que durante décadas han ofrecido a sus clientes las cocinerías del Mercado Municipal, en calle Errázuriz, historia que cambió drásticamente a causa de la pandemia del covid-19, ya que permanecen sin abrir desde marzo del año pasado sin que exista aún una fecha de reapertura por tratarse de un recinto cerrado, por lo que según el Plan Paso a Paso del Ministerio de Salud recién podrían funcionar a partir de la Fase 4.
Más de un año sin operar ha tenido devastadoras consecuencias para dueños y trabajadores, quienes enfrentan una severa crisis no sólo económica por las deudas acumuladas, que en algunos casos supera los 10 millones de pesos, sino también sicológica a causa de la angustia, estrés y desesperanza que viven sin trabajar, viendo cómo el esfuerzo e inversión de toda la vida se pierde día a día, sumado -según dijeron- al nulo apoyo recibido desde las autoridades de gobierno pese a las incontables solicitudes realizadas para operar con aforos sanitarios.
Las cocinerías emplazadas en el primer piso, segundo y entre pisos del Mercado Municipal no han tenido la posibilidad de atender desde hace más de un año, pudiendo operar sólo con delivery (despacho a domicilio) lo que para la mayoría resulta imposible, ya que no cuentan con las herramientas necesarias para implementar el servicio, sumado a que la mayoría de sus clientes viene de sectores rurales, otras comunas de la provincia o no son usuarios de ese tipo de servicios.
La crisis que enfrentan se arrastra desde julio del 2019 con el extenso corte de agua potable causado por Essal, que afectó a toda la comuna durante 10 días; luego vino el denominado "estallido social" y a partir de marzo del 2020 la crisis sanitaria.
La desesperanza
Las cocinerías El Rincón Chilote y Juanita han funcionado por más de 40 años al interior del Mercado Municipal (edificio antiguo y el actual) siendo el resultado del esfuerzo y tesón del matrimonio conformado por Gastón Avendaño (80 años) y Juana Silva (80 años), quienes ya retirados viven la angustia que la pandemia ha significado.
"Hemos vivido esta pandemia de forma muy dolorosa, ya que no tener ingresos es desesperante. Mis padres han vendido casi todo lo que habían logrado para tener una vejez más tranquila, con el objetivo de responder a las 4 personas que trabajan con nosotros desde hace más de 20 años, quienes también están tremendamente afectados por esta situación. Si no hemos cerrado es porque el municipio nos liberó el pago de arriendos desde que partió esto el año pasado y por el 10% retirado desde las AFP. Pero las deudas siguen", explicó Juana Avendaño Silva, una de las hijas del matrimonio y responsable de los locales.
Ambas cocinerías quedaron congeladas el 17 de marzo del 2020, al igual que los otros locales del mismo tipo. Las cocinas apagadas, ollas vacías, rumas de platos limpios y sillas sobre las mesas cubiertas de polvo dejan en evidencia lo que pensaron serían unas semanas sin abrir, pero que se transformó en más de doce meses.
Los hermanos Daniela y Cristian Reyes desde hace 12 años trabajan en la cocinería La Familia, que tal como lo dice su nombre, es el emprendimiento del cual dependen los ingresos de varios de sus miembros.
"Cuando salimos en marzo del año pasado pensamos todo retornaría a la normalidad en unas semanas, pero con el paso de los días vimos con tristeza e impotencia que no teníamos ninguna chance de abrir nuevamente. Nos dicen que habilitemos el sistema de reparto a domicilio, pero es inviable porque acá trabajan casi puros adultos mayores y nuestros clientes lo mismo. Además, el gasto que eso significa es sólo endeudarnos más. Arrastramos una deuda previsional con nuestros trabajadores, sumado a un sinnúmero de otros compromisos financieros. La gente no puede imaginar el estrés que esto ha significado para tantas familias y sin ayuda real del gobierno ni soluciones para poder reabrir", explicó Daniela.
Los carteles pegados en los accesos a los locales aún tienen escrito los platos que fueron el último menú del día hace más de un año, al igual que los calendarios pegados en las paredes aún con la hoja de marzo del 2020, sólo que los sobres de cobranzas y recibos de luz acumulados bajo la puerta evidencian la severa crisis que enfrentan las cocinerías.
Cero apoyo
Durante la crisis del covid-19 ya cerró definitivamente la cocinería Central, cuyos dueños no pudieron seguir haciendo frente al nulo ingreso y al exceso de deudas acumuladas. A eso se suma el fallecimiento del socio fundador de otra cocinería, quien si bien tenía enfermedades asociadas a su avanzada edad, la presión emocional fue un factor determinante para acelerar su partida.
Así lo explicó Iván Montes, presidente de los comerciantes del Mercado Municipal y uno de los afectados con el cierre de su cocinería Entre Amigos, quien detalló que las cocinerías del recinto son las más afectadas, porque llevan toda la pandemia congeladas y sus dueños acumulan deudas que superan los $10 millones.
"Esto es terrible, porque nosotros hemos propuesto soluciones y alternativas para operar. Este recinto es enorme y podemos implementar locales con aforos de atención perfectamente seguros. No tenemos espacios para terrazas, pero los ventanales y la ventilación es más que suficiente, sin embargo, sólo nos dan portazos. No responden las solicitudes ni los teléfonos, hemos tenido reuniones que terminan en aspirinas. Pensar que podemos volver en Fase 3 o 4 es mandarnos a la quiebra, si llevamos un año entre las fases 1 y 2", explicó el dirigente de los locatarios.