Envejecimiento de la fuerza laboral
Para el año 2050, un tercio de los chilenos tendrán 60 o más años, lo que acarreará enormes desafíos al mercado laboral. Hay que observar indicadores como nivel de pensiones o acceso a la salud para entender que Chile no está preparado para el cambio etario.
Chile envejece a tasas aceleradas, fenómeno que tiene repercusiones de salud, económicas y sociales que exigirán revisar la forma en la que se ha construido el país y cómo se hará en el futuro. La fuerza laboral en el país ha ido envejeciendo en la última década, llegando en 2019 a registrar un 50% de trabajadores con edad igual o superior a los 41,2 años, una cifra superior a lo que tiene Uruguay y Argentina, y muy lejos de Brasil, Bolivia o Colombia, que no superaban los 38 años promedio, según los resultados del estudio "¿Está Chile preparado para envejecer?", del Observatorio del Envejecimiento para un Chile con Futuro.
Se estima que la población mayor siga aumentando en el país, ya que para 2050 se proyecta que las personas sobre 60 años serán el 32,1%, casi un tercio de los chilenos, lo que plantea una serie de desafíos que debe abordar la sociedad, que va desde los incentivos a la inserción laboral a cómo se construyen las ciudades, la calidad de la infraestructura urbana y la integración a otros espacios de la vida cotidiana.
Hoy las expectativas de vida promedio en Chile llegan a 80,5 años, ocupando el primer lugar en el continente, y se prevé que seguirá en aumento. En el ámbito laboral, el estudio destaca que, sobre la base de datos de la Encuesta Nacional de Empleo, en 2019 el 6,2% de un total de 9 millones de personas ocupadas fueron adultos mayores de 60 años, quienes se desempeñan principalmente en el comercio, agricultura e industria manufacturera. También este grupo etario es el que tiene la mayor tasa de ocupación informal. El informe plantea que es necesario enfrentar el desafío y buscar mecanismos que permitan al mercado laboral acoger a los adultos mayores, para que la economía se adapte a los cambios demográficos, con el diseño de estrategias, actividades y políticas para el presente y el futuro.
El cambio demográfico obliga a repensar las políticas públicas. Hay expertos que dicen que el país no está preparado para enfrentar este cambio en la pirámide etaria, si se observan indicadores como las pensiones o el acceso a la salud. La pandemia agudizó el problema y esto podría acentuarse conforme pasen los años y se observe un incremento de este segmento poblacional.