E l 17 de enero en este diario analizaba la probabilidad de que los independientes tuvieran un gran desempeño en la elección de constituyentes, y sus implicancias. A continuación, les entrego un resumen de dicha columna:
"Ya lo decían varias encuestas un par de meses atrás: la gente quiere que la Convención Constitucional sea integrada por independientes. Personas como uno, respondían los consultados en Pulso Ciudadano, a principios de noviembre. Los independientes escucharon y se candidatearon; el 11 de este mes el Servicio Electoral registró más de 2.300 inscritos no pertenecientes a partidos políticos, de un total de 3.339 nombres. Para respaldar las candidaturas de esos numerosos independientes, los chilenos entregaron cerca de 500.000 firmas electrónicas. Un acontecimiento nunca antes visto.
"Si la ciudadanía aprovecha inteligentemente esta situación, la irrupción de los independientes puede cambiar el tono y la dirección de la política. Si así fuera, es muy probable que este fenómeno no vaya a terminar con la elección de constituyentes el próximo 11 de abril. Es probable que, como están las cosas, en la Convención ninguna de las coaliciones de partidos tradicionales logre el quórum de 2/3 para aprobar una nueva Constitución. Por lo tanto, los partidos políticos tendrán que acordar con los independientes para ratificar diferentes temas y propuestas. A mayor número de independientes, mejores posibilidades tendremos de crear una Constitución moderna y visionaria, sin las "cadenas" que nos atan a un pasado autoritario y poco inclusivo.
"Este respaldo masivo de la gente obedece al deseo de encontrar rostros nuevos y dejar atrás opciones más retrógradas, o menos lúcidas, que a menudo ofrecen los partidos políticos. Las personas están demandando propuestas que tengan correlato con la realidad, con las tribulaciones y problemas que enfrentan a diario. Esta es la gran diferencia existencial que tienen las chilenas y los chilenos con la "visión" del mundo político, centrada exclusivamente en una conveniencia percibida como ególatra, egocéntrica e interesada.
"Por supuesto que en la convención tiene que haber nombres conocidos, ojalá de personajes más bien lejanos a la política tradicional; pero también debe producirse un tiraje a la chimenea. Tienen que salir nombres y rostros nuevos, jóvenes, mujeres, personas ligadas al trabajo social, a la educación de menores, a problemas de la salud mental. Sin dejar de lado a la 'gente de a pie'.
"Es primordial que en esta asamblea tengamos constituyentes que conozcan el Estado, porque es ahí donde debemos hacer el gran cambio. Aquellas personas que piensan que vamos a mejorar la salud, las pensiones o la educación, sin realizar modificaciones profundas para modernizar el Estado, se equivocan. Por lo tanto, necesitamos gente con estos conocimientos: académicos, profesionales, jurisconsultos. En la Convención Constitucional las ideas son muy importantes. Sin embargo, no tener ataduras prejuiciadas es más".