"Lo que no haría de nuevo sería el árbol navideño o bien lo miraría antes"
A partir del próximo lunes 28 de junio, Gervoy Paredes (PS) dará comienzo a su tercer período consecutivo como alcalde de Puerto Montt. Esto, tras ser reelecto con un 52,25 % de los sufragios, o un total de 36.634 preferencias, lo que representó una diferencia de 3.156 votos respecto de su contrincante, el RN Rodrigo Wainraihgt.
El conteo se desarrolló con cierto grado de incertidumbre inicial, ya que ambos se fueron turnando en cuanto a las mayorías, lo que hasta ese momento hacía impredecible el resultado final.
Sin embargo, Paredes sostiene que no percibió que su reelección pudiera estar en riesgo, aunque subraya que se trataba de "una oportunidad histórica, con todo lo que ensuciaron la campaña, no sólo en Puerto Montt, ya que le pasó a otros candidatos, en otras partes del país. Fue una campaña distinta, muy sucia, en la que se utilizó muchas artimañas. Era la hora en que (Wainraihgt) debería haber ganado".
Aún así, agrega que en los contactos de campaña con la gente, observaba un respaldo incondicional "lo que me indicaba de que iba a ser positivo el triunfo. Claro que nadie pensaba que iba a ser holgado, por el mismo tenor de la campaña. Pero, finalmente Dios iba a querer que nosotros estemos una vez más en la administración municipal".
- Ha dicho reiteradamente que esta fue una campaña sucia, responsabilizando a su rival Rodrigo Wainraihgt. ¿Por qué dice esto?
- Nosotros teníamos información que de su círculo cercano, hombres y mujeres, que estaban tratando de politizar la justicia, de hacer de todo en términos sucios, con situaciones en que la misma noticia se daba a conocer 10 a 15 veces. La información que teníamos era que eso provenía del círculo cercano que trabajó con él, con el ánimo de quedarse con la alcaldía de Puerto Montt. Afortunadamente, eso no les resultó. Eso nos lleva también a hacer un análisis de cómo tienen que ser las campañas a futuro, si seguimos con campañas sucias, que la gente no le hizo caso. La prueba está en que no solamente gané, sino que proporcionalmente, aumenté en cerca de 15 mil votos. Para mí es histórico tener prácticamente 37 mil votos, cuando ellos pensaban que me iba a estancar con los 22 mil votos que obtuve en las elecciones del año 2016. Yo agradezco a todas esas personas que nos entregaron su apoyo y que nos decían: no estamos de acuerdo con lo que le están haciendo, es perversa la campaña que le están haciendo. Finalmente, entiendo que eso se les dio vuelta.
- El escrutinio público es crucial en una democracia, ¿por qué parece disgustarle tanto?
- Una cosa es el escrutinio público y otra es el brazo armado de una candidatura. Prueba de ello es que el escrutinio público no les hizo caso y estoy con casi 15 mil votos más de los que saqué en el año 2016.
- A propósito de "una campaña en su contra", en ese año usted también esbozó críticas similares. Por ejemplo, la noche que se confirmó su triunfo, en octubre de 2016, dijo que con los resultados de esa elección se demostraba que en Puerto Montt el senador Quinteros pesaba "menos que un paquete de cabritas" ¿Aún piensa lo mismo?
- Esta vez me dediqué solamente a mi campaña. Tuve el apoyo de ellos, de hecho usted puede constatar que tenía sus grabaciones en términos de propaganda. Esta fue una situación totalmente distinta. El escenario es diferente, con prácticamente el apoyo de todos nuestros parlamentarios. Incluso más allá, el diputado Alejandro Bernales también me apoyó, de lo que estoy muy agradecido, porque él no estaba en nuestra coalición.
- ¿Por qué se negó a un debate con su contendor? Este tipo de ejercicios es esencial en un sistema democrático.
- Cómo iba a debatir con una persona, cuya gente de su equipo me estaba haciendo pedazos en lo familiar, en lo personal. Y que después me vengan a decir: yo quiero un debate de ideas, cuando el mismo día de las votaciones me trataban de hacer trizas. Eso no se hace. Pero finalmente, no influye. En otras circunstancias lo hubiera hecho, pero en éstas no me interesaba. Para nada.
- En su celebración la noche del triunfo, apareció con una caja de vino. ¿Eso ayuda a la imagen de la ciudad que usted dirige?
- ¿Por qué no puede ayudar? Una copita de vino no le hace mal a nadie. Eso tiene que ver con una humorada, no tenemos que ponernos tan graves. Incluso el mensaje se lo envío a los que quedaron con cola: no hay para qué ponerse tan grave. Eso ocurrió porque los letreros míos, de lo que no me di cuenta, tenían los colores del (vino) Tocornal. Es una humorada, no es más que eso.
- En el nuevo Concejo Municipal se proyecta que habrá voces más críticas a la gestión municipal, incluso el concejal electo más votado dijo que no aceptarán irregularidades. ¿Cómo toma esto?, ¿cree que es una advertencia?
- Eso es subjetivo. La vez anterior incluso teníamos concejales del mismo equipo -por decir así- que a veces votaban en contra. Los Concejos Municipales -generalmente- no se manejan como una bancada de diputados o de senadores. Es muy distinto. Nadie está amparando irregularidades. Si el municipio se equivoca, para eso están ellos, para fiscalizar. No es que no se acepten irregularidades, porque para eso tenemos a la Contraloría, a los concejales y a la misma ciudadanía. Indudablemente que nadie está aceptando irregularidades, ni siquiera yo.
- En sus primeras declaraciones habló de un "Puerto Montt 2030", ¿qué significa esto?
- Las propuestas que teníamos para el desarrollo de la ciudad, pero en las que no solamente tiene que ver la Municipalidad, sino que otras instituciones. Incluso podemos incorporar el Plan de Transportes 2030 para Puerto Montt, para lo que vino la propia ministra de Transportes, Gloria Hutt, a presentarlo. Porque uno de los grandes problemas de Puerto Montt es la movilidad al interior de la ciudad. La seguridad ciudadana
"Fue una campaña distinta, muy sucia, en la que se utilizó muchas artimañas" "Para mí es histórico tener prácticamente 37 mil votos, cuando ellos pensaban que me iba a estancar con los 22 mil votos que obtuve en las elecciones del año 2016"