Argentina se retira de la demanda contra Maduro por crímenes de lesa humanidad
VENEZUELA. La acción fue interpuesta en la CPI de La Haya en 2018 por los gobiernos de países integrantes del Grupo de Lima, entre ellos Chile, y fue respaldada con informes que verificaban torturas, muertes y procesos extrajudiciales, entre otros.
Argentina se retiró de la demanda que varios países presentaron en 2018 ante la Corte Penal Internacional (CPI) para investigar presuntos crímenes de lesa humanidad en Venezuela, lo que generó polémica entre el gobierno de Alberto Fernández y la oposición.
Si bien la decisión del Ejecutivo argentino de desvincularse de esa solicitud judicial se remonta a marzo pasado, cuando salió del Grupo de Lima -que desconoce a Nicolás Maduro y busca salidas para la crisis que vive Venezuela-, el hecho trascendió ayer.
"El 24 de marzo comunicamos oficialmente nuestra retirada del Grupo de Lima y, como consecuencia de eso, el 25 de marzo nos bajamos de una denuncia que habíamos hecho como Grupo de Lima, porque ya no pertenecemos a él", explicaron fuentes de la cancillería trasandina.
Investigación continúa
En septiembre de 2018, los gobiernos de Canadá, Colombia, Chile, Paraguay, Perú y Argentina, entonces presidida por el conservador Mauricio Macri (2015-2019), solicitaron a la fiscalía de la CPI, con sede en La Haya, investigar supuestos crímenes de lesa humanidad cometidos en el país caribeño.
La misiva iba acompañada de dos informes elaborados por expertos internacionales en los que se documentaban procesos extrajudiciales, torturas y detenciones arbitrarias en el marco de las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Todos esos países integraban con otros seis más el Grupo de Lima, del que Argentina, ya con el peronista Alberto Fernández como presidente, decidió retirarse hace dos meses, al considerar que las acciones que el organismo impulsaba en el plano internacional, "buscando aislar al gobierno de Venezuela y a sus representantes, no han conducido a nada".
Al día siguiente, el ejecutivo argentino, cuya vicepresidenta, Cristina Fernández, tuvo una estrecha relación con el chavismo cuando fue la primera mandataria entre 2007 y 2015, envió a la CPI una carta en la que formalizaba el retiro del apoyo a la investigación.
"Argentina ha dejado de integrar el Grupo de Lima. En consecuencia, el Gobierno de la República Argentina se retira de dicha remisión como así también de toda presentación realizada en ese marco", señala esa misiva.
Las fuentes remarcaron que, independientemente de que Argentina desista de apoyar la demanda, la investigación de la fiscalía de la CPI seguirá su curso.
Opinión crítica
Una vez que trascendió la decisión del gobierno de Fernández, empezaron a proliferar las reacciones, tanto de la esfera política nacional como de Elisa Trotta, representante en Argentina del líder opositor venezolano Juan Guaidó.
El hoy diputado por el estado de La Guaira ante la Asamblea Nacional de Venezuela fue reconocido en 2019 como presidente encargado de su país durante la administración de Mauricio Macri.
"Lamentamos profundamente esta decisión del gobierno argentino, que lejos de defender la justicia y los derechos humanos de miles de víctimas venezolanas, beneficia a quienes han cometido crímenes de lesa humanidad, de manera probada y documentada", señaló Trotta a través de la red social Twitter.
"Los asesinatos, las desapariciones forzadas, las persecuciones y amenazas, la represión desmedida, han sido y son un hecho en Venezuela", apuntó la abogada, cuyas credenciales como embajadora fueron retiradas en 2020 por las nuevas autoridades en la Casa Rosada.
De acuerdo con la delegada de Guaidó, "sus responsables están plenamente identificados, y la cabeza de todos ellos es quien hoy usurpa el poder: Nicolás Maduro".
Trotta fue muy crítica con el gobierno peronista cuando Fernández, que volvió a reconocer a Maduro como presidente tras llegar al poder en Argentina en 2019, afirmó el 18 de mayo pasado que "poco a poco" el "problema" de los derechos humanos en Venezuela "fue desapareciendo".
12 estados participaron en 2017 como fundadores del Grupo de Lima, al que luego se sumaron otros cuatro.
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