Correo
Falsos constructores I
En tiempos en donde la desconfianza y la falta de fe parecen abundar, surgen situaciones que nos hacen recuperar la esperanza de que al menos en temas judiciales, al parecer vamos por el camino correcto. Me refiero al caso de los estafadores y falsos constructores puertomontinos Gonzalo Heck y Alejandra Moreno, quienes fueron condenados a penas efectivas de cárcel, hecho inédito en Chile en estos casos de delitos "menores".
Cabe agradecer a su diario por la cobertura que le dieron a este caso, haciéndolo visible y, por qué no decirlo, calando en la conciencia de los jueces que dictaminaron tan justa sentencia. En nombre de todas las familias que fuimos estafados por estos delincuentes, muchas gracias a su diario por escucharnos.
Cristian Carrillo Yantani
Falsos constructores II
Por el caso Heck Moreno, prófugos de la ley (falsos constructores de Puerto Montt) expongo lo siguiente: En este tiempo en que a río revuelto ganancia de pescadores hay gente que aún se aprovecha de la buena voluntad de los incautos y hace encubridores de sus faltas a familia y amigos, sólo me queda por agregar que los prófugos de la justicia, Gonzalo Heck Chinchón y Alejandra Moreno, nos han dado la razón a todos los que pensábamos que ellos no merecían una segunda oportunidad. Estafadores, indolentes y desobedientes de la ley, creo que el ministro que dio en la Corte (de Apelaciones) el voto en contra se debe estar preguntando "para qué".
Están prófugos de la justicia, pero estamos en un Chile solidario que hace causa común con los afectados, tenemos mucha tecnología a mano y mucha difusión en redes sociales. Lamento que estos dos prófugos condenados a pagar en pena efectiva, tres años y un día, no tengan los valores que inculca una familia para hacerle frente con valentía a esta situación y asuman sus errores como adultos que son.
Demás está decir que es fácil encubrir a los delincuentes, pero también es fácil que sean descubiertos y paguen una pena.
Andrea Sanz V.
Partidos políticos modernos
Luego de vivir uno de los procesos electorales más importantes en la historia de nuestro país, el cual actualizó distintos cargos municipales, sumando por primera vez a quiénes escribirán la nueva Constitución, nos hemos podido dar cuenta que la ciudadanía no vota informada, vota porque el amigo le dijo, pertenece a cierto sector o simplemente vota por el candidato que sonó más, sin incluso haber leído sus propuestas.
La poca o nula educación cívica en nuestro país ha permitido que disminuya la participación al momento de votar, total, las personas piensan y creen que sus vidas seguirán igual con un gobierno de derecha o izquierda. El problema se genera cuando la institucionalidad no es respetada y aparecen líderes que llegan a vender discursos populistas, no reales y se convierten en falsas esperanzas, esperanzas que dan inicio a revueltas sociales, como el estallido social.
Es por eso que los partidos políticos deben reorganizarse, fomentando la confianza de los ciudadanos en el sistema político, escuchando de manera real las demandas legítimas que nos acarrean hace décadas y convirtiéndolas en proyectos que tengan resultados a corto, mediano y largo plazo, o si no simplemente nos veremos destinados al fracaso. Necesitamos soluciones a las nuevas lecturas de los problemas del siglo 21, si no, nos quedaremos atrás y no podremos avanzar.
Silvio Rivera Gallardo
Voto obligatorio
Ante la pretensión de establecer un voto obligatorio, debemos preguntarnos por la financiación de los partidos políticos. ¿Seguiremos pagándole por voto si obligamos a los ciudadanos a sufragar?
Juan L. Lagos
Pilar solidario
El pilar solidario, el cual fue fortalecido en la reforma previsional de 2007, necesita una cirugía mayor. Si bien ha logrado entregar recursos necesarios a los adultos mayores, tiene un pecado original: muchas personas asocian que no vale la pena cotizar, pues tienen una pensión solidaria asegurada, y que toda cotización regular no la mejora sustancialmente.
Parte del argumento tiene sentido, pues el aporte del pilar solidario es decreciente a medida que la persona tenga un mayor fondo de pensión. Es decir, si una persona nunca cotizó, tiene el mayor beneficio monetario proveniente del Estado -pensión básica solidaria-, el cual disminuye hasta llegar a $0 de aporte previsional solidario. Fijar una pensión universal estándar, similar para todos, es el camino correcto hacia un pilar solidario 2.0, en donde el ahorro obligatorio complemente a dicha pensión, eliminando así el desincentivo a cotizar del pilar solidario vigente.
Eduardo Jerez Sanhueza