Un 2% de los hogares de la región ha sufrido hambre en pandemia
MEDICIÓN. El Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp) realizó encuesta a fines del año pasado a más de 500 personas en Los Lagos. La situación crítica la viven los hogares a cargo de mujeres y en sectores rurales donde la inseguridad alimentaria severa alcanza al 4,4%. En Puerto Varas y Puerto Montt surgieron ollas comunes.
Aproximadamente un 2 % de los hogares de la Región de Los Lagos ha sufrido de inseguridad alimentaria severa; es decir, han pasado hambre, de acuerdo a la encuesta llevada adelante en este punto del país y en La Araucanía, por el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp Chile).
La medición se llevó adelante entre noviembre y diciembre de 2020 en Los Lagos y consideró a 500 hogares. Fue un muestreo aleatorio estratificado para asegurar la cobertura de todas las comunas.
El Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, Rimisp, es una organización autónoma e independiente y con su trabajo buscan impulsar estrategias de transformación para la equidad territorial, basadas en una mejor comprensión de los desafíos que enfrentan los territorios rurales de la región.
De acuerdo a la organización, los resultados que arroja la encuesta "delinean un escenario de gran impacto de la pandemia en Los Lagos con repercusiones para la alimentación de los hogares, tanto urbanos como rurales". Además, da cuenta de la especial vulnerabilidad de las mujeres y los hogares liderados por ellas, que se han visto proporcionalmente más afectados. "Ante esta situación, la ayuda pública ha llegado a muchos hogares, pero no ha logrado evitar el empeoramiento de las dietas y que uno de cada seis hogares sufra de inseguridad alimentaria", dijeron.
La Región de Los Lagos es la que registra junto a La Araucanía la mayor pobreza multidimensional del país, lo que abarca indicadores como educación, salud, trabajo, seguridad social y vivienda. En Los Lagos la pobreza multidimensional alcanza al 25,5%, según los datos de la última Encuesta Casen.
Mujeres
Los resultados del estudio muestran que en Los Lagos tres de cada diez hogares han visto sus ingresos reducirse a raíz de la pandemia y que un 12% ha perdido al menos un perceptor de ingresos.
En Rimisp, explicaron que esta erosión de los ingresos de los hogares no ha distinguido entre comunas urbanas y rurales, las cuales se han visto igualmente afectadas. "Sí existen diferencias, no obstante, entre hogares dependiendo del sexo del jefe del hogar, ya que la pandemia ha tenido un mayor impacto en aquellos hogares liderados por mujeres. El 35% de estos hogares declaró haber recibido menores ingresos y un 18%, haber perdido al menos un perceptor de ingresos en el hogar. Estos resultados son coherentes con el mayor impacto en los sectores predominantemente femeninos y con el aumento de la carga de trabajo doméstico y del cuidado que recae sobre las mujeres, limitando su capacidad de generación de ingresos".
Danae Mlynarz, directora de la oficina Chile de Rimisp Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, explicó que la inseguridad alimentaria en los sectores rurales es más alta que en el urbano.
"En el sector rural se sufre las consecuencias y el impacto en forma más fuerte que la urbana. Al estar en el espacio rural, tiene más posibilidades de autosustentación y ello no es tan evidente. Las familias han buscado alternativas debiendo cambiar la alimentación, dejando de consumir carnes y pescado y han aumentado el consumo de productos procesados, ello porque buscan reducir los costos".
Agregó que lo más alarmante es que casi un 2% de los hogares de Los Lagos sufre de inseguridad alimentaria severa, "es decir, han pasado hambre". Señala que "si sólo nos centramos en la inseguridad alimentaria severa, únicamente en los hogares que han pasado hambre, vemos que en el caso de los hogares rurales, la cifra alcanza un 4,4 % y en los hogares urbanos un 1,4 %".
Carne
La encuesta detalla que cuando no llega a ser severa, el nivel de inseguridad alimentaria moderada se corresponde con una situación en la cual los hogares no tienen seguridad sobre su capacidad para obtener alimentos debido a la falta de recursos y reducen la calidad o cantidad de los que logran consumir.
"Esto -señala la medición- se ve reflejado en los cambios en las dietas de los hogares. Casi la mitad de los hogares (44%) ha reducido el consumo de carne o pescado para enfrentar el impacto de la pandemia y 38%, el de frutas frescas y verduras".
Se indica que el 28% ha aumentado en compensación el consumo de alimentos preparados y envasados. "Estas tendencias en la alimentación aumentan el riesgo de malnutrición, con carencias de nutrientes y aumentos en la obesidad. Asimismo, se identifican diferencias según el sexo del jefe de hogar, con mayor tendencia hacia la disminución del consumo de proteína animal y productos frescos entre aquellos hogares liderados por mujeres, reflejando su mayor vulnerabilidad y afectación".
Balanceada
Daniela Inostroza, académica en Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, Sede Patagonia, comentó que la inseguridad alimentaria, definida por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), como la "carencia de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normal", ha sido afectada fuertemente por la pandemia del covid-19.
Según la académica, para la mayoría de la población chilena "las cuarentenas se traducen, dentro de múltiples consecuencias, en un empobrecimiento económico, sedentarismo y sobrecarga de tareas domésticas, trayendo como consecuencia un menor acceso a los alimentos saludables".
Anotó que estos hechos generan inseguridad alimentaria por la menor cantidad de alimentos disponibles y de alto contenido energético, de azúcares, sodio y grasas saturadas, "opuesto a lo que se ha venido