Lectura en niños y jóvenes
Es prioritario revitalizar la lectura en la población escolar con estrategias que permitan capturar su atención. El ejercicio cotidiano de la lectura permite incrementar el vocabulario y, así, mejorar la capacidad de expresar ideas.
Es evidente que hoy un alto porcentaje de niños y jóvenes muestra poca motivación por la lectura y es una verdadera odisea que los profesores logren interesarlos en un libro. Por años, el tema ha sido recurrente para las autoridades del Ministerio de Educación. La respuesta que se suele dar es que frente al avance de la televisión y de los juegos por internet, que atraen con su colorido, movimiento y temática, es poco lo que se puede hacer. La ley del mínimo esfuerzo los lleva a escribir en forma abreviada, saltarse las reglas ortográficas y encontrar todo hecho en los buscadores de internet.
Pero la falta de lectura atrofia la mentalidad de niños y jóvenes, limita su vocabulario y, en algunos estratos, resulta evidente que más que pronunciar palabras, tienen un vocabulario de difícil comprensión. También los estudios revelan una baja comprensión de lo que leen y que predomina la ley del menor esfuerzo cuando en la escuela, el colegio e incluso en la universidad copian y pegan trabajos bajados de internet.
Aunque la pandemia ha implicado que buena parte del estudiantado participe desde sus casas y no en forma presencial, en los últimos años se han dado importantes pasos en los colegios. De hecho, algunos establecimientos entregan el carnet de lector de biblioteca a alumnos en primero básico.
La lectura complementaria no es una actividad aislada de los profesores de Lenguaje y Comunicación, sino que forma parte de un proyecto lector dentro del colegio, que debe ser compartido en la escuela y en la casa. La clave antes de comenzar un proyecto es detectar los intereses y motivación de los niños, más que los libros que interesan al docente. Si el sistema educacional quiere que los niños participen más, entonces ¿por qué no fomentar el darles un listado y que ellos escojan?
Incluso puede ser que en el equipo de evaluación de las listas de libros se incluya a dos o tres niños de distintos niveles. En algunos países se opta por los "diarios de lectura", donde cada estudiante lleva un cuaderno con los libros que ha leído, sus impresiones y lo que a él le pasa con el libro, y cada cierto tiempo se junta con el profesor a discutirlo. El tema requiere soluciones creativas.