Perú: Fujimori y Castillo, la reñida segunda vuelta entre dos extremos
COMICIOS. Son dos futuros opuestos. Uno quiere derogar la Constitución, otro quiere "salvar" al país del "comunismo".
Efe
Las elecciones presidenciales de Perú, que mañana tendrán su segunda vuelta, se encaminan a un ajustado final entre Pedro Castillo (Perú Libre) y Keiko Fujimori (Fuerza Popular), candidatos diametralmente opuestos, de la extrema izquierda y la extrema derecha, que proponen guiar al país a futuros muy distintos, donde se podría reforzar el modelo económico o buscar refundarlo por completo.
Profesor rural
Castillo es un profesor rural religioso y conservador ajeno a la política tradicional peruana, que pugna por la presidencia de Perú con propuestas radicales que evidencian las contradicciones de un país quebrado.
Nadie esperaba que este hombre de 51 años y de origen campesino, pudiera estar a un paso de ganar la presidencia del país ataviado con un sombrero "chotano", un lápiz y un discurso que choca frontalmente con el "statu quo" político y los dogmas del libre mercado que han gobernado Perú durante los últimos 30 años.
Castillo surgió de un lugar donde nadie estaba mirando: los millones de pobladores rurales, aislados de los centros de poder tradicionales y alejados de Lima, la gran urbe de Perú.
Sin traje ni corbata, Castillo encarna los valores campesinos de la zona andina de Perú, donde el candidato es alentado por profesores y agricultores, aunque también cuenta con el apoyo clave de redes de profesores del país que han sido fundamentales en la difusión de su candidatura.
En la segunda vuelta, ya forzado a exponerse ante medios críticos, analistas y ciudadanos exigentes, Castillo evidenció su hostilidad hacia algunos fundamentos de las democracias liberales.
Pese a prometer por escrito que no vulnerará ningún precepto constitucional, para muchos peruanos persisten las dudas sobre las críticas que ha hecho a instituciones como el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo o la misma separación de poderes.
Aunque lo que realmente lleva Castillo como bandera, bajo el lema "no más pobres en un país rico", es la derogación de la Constitución vigente desde 1993, creada por Alberto Fujimori y abiertamente neoliberal, y la creación de otra donde el Estado tenga mayor cabida como proveedor de servicios e impulsor de la economía.
El cambio constitucional sería legalmente posible, pero extraordinariamente complicado de conseguir, y Castillo no ha aclarado como planea lograrlo salvo indicando que será "el pueblo" el que lo haga.
Salvar el modelo
En el otro extremo, Fujimori está reconvertida en la "esperanza" para salvar el "modelo" económico y social instaurado por su padre, el expresidente Alberto Fujimori, quien se encuentra en prisión condenado a 25 años por delitos de lesa humanidad.
En pocos lugares sería viable que una candidata acusada de los delitos de organización criminal y lavado de activos por los que la fiscalía pide 30 años de prisión, y que está a las puertas de un juicio que solo evitará si accede a la Presidencia y obtiene inmunidad legal, esté cerca de ganar una elección democrática.
Respaldada de forma unánime por toda la derecha, en esta segunda vuelta Fujimori no pide votar por ella. Pide votar por Perú y contra el "comunismo". Su único programa claro es "la defensa del modelo económico" ante Castillo. A ese coro se han unido muchos peruanos, que votarán a regañadientes por la candidata.
En medio de la frágil realidad peruana, Fujimori también prometió terminar con el confinamiento por la pandemia para recuperar la economía.
Empate técnico
Según las últimas encuestas, Castillo y Fujimori se encuentran en un virtual empate técnico, aunque todas coinciden en situar a Castillo un paso por delante. Tanto Datum como CPI dan un punto porcentual de diferencia, mientras que Ipsos da una ventaja para Castillo de 2,2 puntos.
Para el director gerente de CPI, Manuel Saavedra, estas elecciones se podrían resolver de manera muy similar a los comicios de 2016, cuando Pedro Pablo Kuczynski se impuso sobre Keiko Fujimori por apenas 40.000 votos.