Países del G7 impulsan pacto para impuesto mínimo global
CUMBRE. Las naciones más ricas del mundo buscan que grandes transnacionales y gigantes tecnológicos tributen en los países donde generan sus ganancias.
Redacción/Efe
Alemania, Italia y Francia, miembros del G7, firmaron una carta en la que se posicionaron a favor de un nuevo sistema fiscal internacional, incluyendo un impuesto mínimo global de sociedades y una tasación digital a las grandes tecnológicas.
"Ahora es el momento de llegar a un acuerdo", aseguraron los ministros firmantes: Olaf Scholz de Alemania, Bruno Le Maire de Francia, Daniele Franco por Italia, y también la española Nadia Calviño, aunque España no forma parte del G7, que agrupa a los países más ricos del mundo.
"Es urgente poner en marcha un sistema fiscal internacional que sea eficiente y justo. Actualmente, las multinacionales pueden evitar los impuestos corporativos trasladando las ganancias al extranjero", explicaron los secretarios de Estado.
"Por primera vez en décadas, tenemos la oportunidad de alcanzar un acuerdo histórico sobre un nuevo sistema tributario internacional que involucraría a todos los países del mundo", agregaron.
Según los ministros, con la nueva administración de Joe Biden en Estados Unidos, "ya no existe la amenaza de un veto sobre este nuevo sistema".
"La nueva propuesta de Estados Unidos sobre impuestos mínimos es un paso importante (...) el compromiso de una tasa impositiva mínima efectiva de al menos 15% es un comienzo prometedor. Por lo tanto, nos comprometemos a definir una posición común sobre un nuevo sistema fiscal internacional", aseguraron los ministros que ayer comenzaron una intensa ronda de reuniones que se extenderá hasta hoy.
Los responsables económicos de los siete países más desarrollados (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) buscarán cerrar un acuerdo que implicaría una revolución en el sistema fiscal global.
Optimismo británico
Reino Unido, anfitrión de la cita ministerial y de la cumbre que la próxima semana reunirá a los líderes del G7 en Cornualles (Inglaterra), se muestra "optimista" ante la posibilidad de un acuerdo, según fuentes gubernamentales.
Al igual que el resto de los miembros del grupo, Londres cree que el acuerdo debe sustentarse sobre ambos pilares: la imposición mínima a empresas y las tasas a las grandes multinacionales -especialmente tecnológicas- que operan en todo el mundo, pero prácticamente sólo contribuyen en los países donde tienen domicilio fiscal. El uno sin el otro, insisten, no son viables.
La voluntad de Biden, fue sido decisiva para resucitar un proyecto que comenzaba a languidecer.
En la conversación flota la cifra del 15% como una cifra aceptable para el impuesto mínimo de sociedades. Queda lejos del 21% al que aspiraba Francia, pero todavía es un plato difícil de digerir para Estados con baja presión fiscal como Países Bajos o Irlanda.
Ese porcentaje "es la cuestión más importante y la mayor dificultad, y es donde ahora mismo más se está negociando", dijo Le Maire, que recordó que para Francia es necesario que el tipo mínimo sea "algo creíble y realmente eficaz".
También descartó que se vaya a eximir a algunos de los gigantes de internet de la llamada "tasa digital", porque a su juicio "nadie entendería que de estas grandes compañías que están haciendo enormes beneficios unas paguen y otras no".
Tras la oscura etapa para el multilateralismo que supuso la presidencia de Donald Trump, los países del G7 coinciden en que la reforma no es solo una necesidad para los expansivos programas de recuperación pospandemia, sino que también encarna el regreso de los grandes consensos globales.