Correo
Elección de gobernador
Da la impresión que la próxima semana tendremos una elección del siglo XVI entre Pedro de Valdivia y Francisco de Villagra a cargos rancios y ahumados.
Se prevé una escasa participación ciudadana que no representa los tiempos actuales, con mentalidades ancestrales y sin que la ciudadanía sepa de qué se trata el enroque entre zorros políticos que desconocen el fondo de los nuevos tiempos de cambio radical de estrategias y paradigmas, que con visión de futuro están por superar los vicios del pasado, cambiando el enfoque de una "normalidad" superada por nuevos conceptos, ideas y valores que no aceptan otro engaño a regresiones desde donde se vuelve a lo mismo, con los mismos representantes del patriarcado antediluviano.
Las bases le restarán valor práctico transformador y de cambio significativo.
Francisco Cofré Silva
Matrimonio igualitario
Con relación a la Carta al Director publicada el jueves y firmada por Cristián Palma, presidente regional del Partido Republicano, me permito señalar que para quienes creemos en la libertad personal, en la libertad de conciencia, en la igualdad ante la ley, en la igualdad moral, en la dignidad y en un Estado que se mantiene como garante de dicho estatuto, no interviniendo en la vida privada de los ciudadanos, colocándose al servicio de la persona humana, promoviendo el bien común, es motivo de celebración la decisión del Gobierno de dar urgencia al proyecto de ley sobre matrimonio igualitario.
Quienes creemos en la libertad, sostenemos el derecho de cada ser humano a conducir su vida de forma que le permita alcanzar sus sueños, objetivos y deseos, a condición de conducirse por la vereda del respeto a los derechos de los demás. Quienes creemos en la libertad como valor esencial de la vida en sociedad, rechazamos toda forma de totalitarismo.
Pugnan con la idea de una democracia liberal aquellas posturas que pretenden imponer su particular visión de la existencia y sus verdades a los demás, sea que se ubiquen a la izquierda o a la derecha. Quienes creemos en la libertad, celebramos que otro ser humano pueda perseguir la felicidad y nos congratulamos de pertenecer a una sociedad que defiende ese derecho.
Lorenzo Miranda Morales
Impuesto a los súper ricos
Pese a que resulta evidente tener claro el objetivo de alguna política, a menudo esto se olvida. Respecto del impuesto a los "súper ricos", de acuerdo al mensaje del proyecto de reforma constitucional, este busca ser recaudador.
La historia indica que en el año 1965 las disposiciones transitorias de la Ley 16.250 establecieron un impuesto a la "renta mínima presunta", que equivalía a una renta de un 8% del capital. Esta fórmula es similar a la actual: el capital era definido como la diferencia entre el activo y el pasivo exigible, por lo que la declaración y pago del impuesto coinciden.
De acuerdo a un estudio en desarrollo de Isaías Mora (2021), este impuesto recaudó el 0,66% del PIB anual en 1965 y 0,19% en 1969. Su recaudación decayó en los años venideros, hasta alcanzar un 0,13%, en 1973 y 0,29%, en 1974, último año de aplicación. Es importante señalar que las comparaciones históricas se hacen con precaución.
A diferencia de aquel entonces, hoy los mecanismos de fiscalización son más avanzados. Lo relevante de esto es que nunca llegó a recaudar el 1% del PIB. Si el objetivo es que sea un impuesto recaudador, la experiencia indica que no lo ha sido en el pasado en Chile y otros países.
Los académicos no tenemos la última palabra al determinar un impuesto. Nuestro trabajo es brindar la mayor evidencia, para que se tomen decisiones estudiadas con mesura y evidencia. Esta sigue siendo la mejor manera de implementar políticas públicas que nos beneficien a todos.
Gonzalo Polanco Z., académico de la Universidad de Chile
Edad de pensión
Desde la creación del sistema privado de pensiones en 1981, la edad de referencia de pensión se ha mantenido intacta en 60 años para las mujeres y de 65 años para los hombres, a pesar que la expectativa de vida ha subido un 50% para ambos géneros. Si bien la edad de pensión es una referencia, es decir, puede retrasarse si la persona lo estima, lo cierto es que no existe el coraje de la clase política para retrasarla de manera formal, pero tampoco existen los incentivos reales para que las personas retrasen las pensiones.
Un incentivo interesante sería devolver todas las cotizaciones y la rentabilidad que logran hombres y mujeres después de los 65 años. Por ejemplo, si una persona tiene $50 millones en su ahorro obligatorio, con un sueldo bruto de $500 mil, que decida postergar en dos años su pensión, podría retirar un monto de $5 millones entre cotizaciones y rentabilidad, sin afectar el monto de pensión que hubiera obtenido a los 65 años.
Eduardo Jerez Sanhueza