Avanzar hacia el reciclaje
Crecientemente, junto con la legislación dictada para estos efectos, hay mayor conciencia sobre el destino de los desechos. La prohibición del uso de las bolsas plásticas en supermercados y grandes tiendas supuso un peldaño más para la sustentabilidad.
En marzo se publicó el decreto que establece las metas de recolección y valorización de la categoría "envases y embalajes" de la Ley de Reciclaje de Productos. Se fijó que las empresas agrupadas en un sistema de gestión deberán instalar y operar establecimientos de recepción y almacenamiento de residuos de envases, a los que la ciudadanía pueda ir a dejarlos.
Sobre esto, el Ministerio de Medio Ambiente dio a conocer que se construirán 354 puntos limpios en cuatro años para recibir todas las subcategorías de materiales de envases y embalajes. Según el Banco Mundial, Chile es el segundo país de América Latina que genera más basura, pues en promedio, cada persona produce 1,1 kilo de residuos domiciliarios al día. No obstante que en el país las cifras aún son bajas, ha habido avances. En 2017 entró en vigencia la Ley de Fomento al Reciclaje, que ha impulsado un paulatino cambio cultural en las personas para aprovechar desechos y reintegrarlos. La iniciativa obliga a los fabricantes de productos como neumáticos, aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías, pilas, envases y embalajes a hacerse cargo de ellos una vez que terminan su vida útil. En vez de irse a los vertederos, estos productos "inservibles" deben volver a las industrias donde fueron fabricados para iniciar un nuevo ciclo, proceso que se desarrollará en forma gradual. Esas obligaciones serán exigidas de modo progresivo, iniciándose este año para entrar en rigor en 2030.
Lamentablemente, la emergencia sanitaria que se vive por la pandemia ha detenido parcialmente algunas iniciativas. Se ha hecho más difícil la recolección de desechos valorizables y se ha detenido en parte el procesamiento de ellos, a la espera de que se alcance paulatinamente una mayor la normalidad de esas actividades.
Mención aparte para las bolsas plásticas. En Chile se usaban más de 3.400 millones al año y sólo un 23% de ellas se reciclaban, por lo que las autoridades hicieron una campaña para limitar paulatinamente su entrega en supermercados y tiendas hasta prohibirlas desde febrero de 2019. No fue fácil, porque esto requería todo un cambio cultural, pero se dio un gran paso al sacarlas de circulación, tal como se espera que avance el reciclaje de productos.