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cambios y sanitización del local cada dos horas. Es el tiempo máximo que un grupo de personas puede mantenerse en un local".
Incertidumbre
Paola Loaiza tiene dos locales de consumo de té en pleno centro puertomontino. Uno de ellos definitivamente lo destinará a venta de insumos y algunas cosas para llevar mientras que el otro ha podido mantenerlo, en fase dos, con atención en terraza y solo quedará de consumo. Explica que, pese a que se ha mantenido e incluso ha debido contratar personas, la situación la mantiene en permanente incertidumbre. "Hasta fase dos me puede resultar, pero si volviéramos a cuarentena es bien difícil".
En el último año y medio, principalmente en épocas de cuarentena, logró sostenerse con proyectos, pidiendo aplazamiento de créditos, potenciamiento en redes sociales y delivery, además de la comprensión de quien le arrienda los espacios.
"La diferencia en Fase 3 es que podría poner gente adentro, pero el local es súper chico y solo podría poner una mesa", explica. Agrega que ella puede poner gente en terraza, pero que sabe de otros negocios similares que no abrirán hoy, porque tienen que ordenar, ver qué van a hacer con las mesas y sillas que no podrán utilizar.
Salazar concuerda en que la incertidumbre jugará un papel importante en las decisiones. "La vez anterior nosotros nos quedamos un inventario tremendo que se venció completo, porque caducaron los productos, porque trabajamos con mucho producto con vencimiento y todo eso hay que volver a reponerlo. Además de los vidrios de los locales por la gente que nos ha entrado a robar, que es algo que ha sido repetitivo, han entrado cuatro, cinco, seis veces. Entonces hay que tener los recursos para poder hacer esto. Lo más probable es que tengamos que esperar hasta el bono que nos van a dar para poder partir. Los bancos no nos dan plata, no somos sujetos de crédito".
Cuenta que en un lugar de la envergadura del Club de Yates, del que es dueño, se les fueron 15 millones de pesos en inventario perdido. "Obviamente cuando se parta no vamos a comenzar con eso, porque el flujo es absolutamente menor", explica.
¿qué pasa con la gente?
Uno de los aspectos más en duda es sobre los trabajadores de cada uno de estos locales. A respecto Salazar cree que "muchos espacios que están acogidos al sistema de protección del empleo van a volver, pero no a un 100%, porque no va a tener el flujo de gente que se necesita para poder financiar el 100% del negocio".
Patricio Ampuero, vocero y secretario de Agatur (organización con más de 40 socios) cuenta que "el año pasado nos llamaron al cierre obligatorio y todos nuestros colaboradores accedieron a la suspensión temporal, por lo tanto lo que corresponde ahora es empezar a incorporar a esos trabajadores. Ahora evidentemente hay algunos emprendedores que con los 10%, más algunos bonos de ayuda del Estado, han empezado a hacer algunos emprendimientos gastronómicos y empiezan a absorber fuerza de trabajo. Ahora, la posibilidad de encontrar gente está super complicada, todos los días estoy luchando por contratar gente: nadie quiere trabajar, prefieren quedarse en la casa y aguantarse hasta el próximo año".
"Hoy necesitamos reactivar esta industria y las terrazas no son la solución. Si bien es cierto solucionó el problema de algunos, para otros era imposible tener una terraza", a este respecto recuerda que en noviembre del año pasado le propusieron al ministro una forma de atención al interior de los locales -en fase 2- con aforos reducidos, pero que no fueron escuchados, por lo tanto la llegada de la Fase 3 es clave.
De todas formas está más esperanzado que Salazar sobre el cumplimiento de los protocolos sanitarios: "Este cambio a Fase 3 lo venimos viendo desde hace mucho tiempo, y te diría que estamos preparados. Si bien es cierto los protocolos son estrictos, son menos estrictos que los protocolos que nosotros mismos pusimos antes. La mayoría de los socios de Agatur, por ejemplo, ya no tiene carta, todo en con código QR, entonces no hay problema ahí. Además la mayoría ya está con dos dosis de vacuna, entonces eso te genera tranquilidad para los colaboradores y para los clientes".
A no descuidarse
Pese a lo anterior, Ampuero cree que esta nueva realidad es peligrosa: "Estamos contentos porque por fin lo logramos, pero esto es un arma de doble filo. Recordemos que el año pasado la niña linda de Chile era Coquimbo, estaba en fase 3 mientras los otros en cuarentena, pero luego pasó rápidamente a fase 1 (…) nosotros somos los más interesados en que la fase tres no cambie, e incluso pase a Fase 4. Hemos estado 15 meses encerrados y somos bastante grandecitos para lograrlo. Pero es un trabajo de la ciudadanía completo y la prueba de fuego va a ser el fin de semana. Si el fin de semana el mall está repleto de gente, vamos a entender que la ciudadanía no es suficientemente madura para entender que la fase tres es una situación circunstancial".
Concuerda en este punto Marcela Cárdenas, quien asegura que "si bien hay mayores libertades, debe haber un compromiso de cada no de nosotros. En locales como los mall también va a haber mayor facilidad de desplazamiento, pero también hay que cumplir ciertas disposiciones en cuanto a los aforos. Como seremi ya nos hemos reunido con los locales y hemos entregado asesorías y por lo tanto esperamos que no tengamos mayores inconvenientes". Sobre la fiscalización a realizar, especificó que ya han estado en terreno y fiscalizarán tanto locales de alimentos como centros comerciales porque "tenemos ciertas aprensiones sobre que la cantidad de gente pueda sobrepasar la cantidad".
"A nosotros nos están aplicando normas que van mucho más allá de lo que les están aplicando a otros, porque nos piden, por ejemplo, distancia de 2 metros entre mesa y mesa... pero ¿qué pasa con los mall?, ¿qué pasa con los supermercados?"
Eduardo Salazar, Pdte. Cámara de Comercio
"Tenemos ciertas aprensiones sobre que la cantidad de gente pueda sobrepasar la cantidad establecida".
Marcela Cárdenas, jefa del Departamento, de Acción Sanitaria
2 metros entre borde a borde de las mesas, es lo que deben cumplir los restoranes que quieran recibir gente al interior de los recintos.
2 horas, como máximo, es el tiempo en que cada persona puede estar al interior de los lugares de expendio de comida.
4% del total de área destinada a los comensales, como mínimo, debe estar destinada a ventanales que sirvan de ventilación a los lugares.