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Juramento a la Bandera
Cada 9 o 10 de julio, el Ejército de Chile hace un breve alto en su marcha, engalana sus cuarteles y centra su atención a lo largo de todo el territorio nacional en la ceremonia de Juramento a la Bandera, considerada la más importante del calendario militar, dada su solemnidad, carga histórica y especial trascendencia. En ella, el personal que se incorpora a la institución jura servir a la patria, cumpliendo sus leyes y reglamentos hasta rendir la vida si fuese necesario, constituyendo el acto de mayor simbolismo al que se enfrentará un integrante del Ejército y que conforma, además, el sustento moral del militar chileno.
Con este emotivo acto, se enlaza la conmemoración de la acción más heroica de la historia nacional, con los destinos de los oficiales, suboficiales y soldados conscriptos que el presente año asumirán este compromiso de honor en el Regimiento N°12 Sangra, así como en el resto del país, trayendo a la memoria al capitán Ignacio Carrera Pinto y sus 76 héroes, inmolados todos ellos en la sierra peruana, durante el Combate de La Concepción.
"Los chilenos no se rinden", fue la respuesta del subteniente Luis Cruz Martínez, de tan sólo 15 años, cuando las tropas peruanas lo instaron a deponer sus armas y salvar su vida y la de los cuatro últimos soldados que aún comandaba, a eso de las 10 de la mañana del 10 de julio de 1882, cayendo abatidos sólo instantes después.
Esas cinco sencillas palabras constituyen uno de los principales sellos de nuestra identidad nacional. Dicha consigna no debe interpretarse como una actitud heroica exclusiva de la guerra, durmiendo en los laureles de los libros de historia. Esa frase, pronunciada por un niño soldado hace ya 139 años, debe ser el faro que guíe a todos los chilenos… no rendirse ante la adversidad, no rendirse ante las dificultades de la vida, no rendirse ante la enfermedad y la fatiga. En fin, luchar hasta el final, poniendo el máximo de nuestras capacidades a disposición del país.
Hoy más que nunca, que el ejemplo de los 77 chacabucanos nos indique el rumbo a seguir.
Coronel Pablo Lizama Pieper, comandante del Regimiento Sangra
Convención y Colegio Médico
La declaración de Jaime Bassa, vicepresidente de la Convención Constituyente, sobre reuniones con el Colmed (Colegio Médico) para desarrollar un protocolo sanitario para la instancia, comienza a generar dudas sobre el trasfondo de las decisiones, o por lo menos, con quienes se consultan.
Es de público conocimiento el poco diálogo que ha dispuesto el Colmed durante la pandemia, restándose de la Mesa Social Covid y presentando protocolos que han sido ampliamente rechazados no sólo por el Gobierno, sino que también por otros gremios de salud o de otra índole, como el de profesores.
Entonces, ¿por qué sólo se les considera a ellos para la Convención? Da para pensar muchas cosas, sobre todo cuando circula en redes sociales la fotografía de 16 convencionales, cercanos a Bassa, comiendo reunidos en el piso sin ninguna medida de distanciamiento o sanitaria. ¿Coincidencia? No lo creo.
Lucas Orellana
Himno en la Convención
El himno nacional ha sido una representación de orgullo y grandeza del pueblo chileno, logrando ser entonado en importantes momentos históricos y erizando la piel de cada compatriota al cantarlo con respeto. Sin embargo, algunos constituyentes se encargaron de mancharlo en un momento histórico.
Durante la inauguración de la Convención no cesaron las pifias y gritos durante cada compás. Los mismos que lo entonaban en las marchas, son los que hoy lo silencian, y no sólo eso, porque mientras era interpretado por la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles, FOJI, algunos constituyentes amedrentaron a los jóvenes músicos que terminaron llorando tras las recriminaciones.
Lo reprochable es que los mismos que están encargados de escribir la nueva Constitución no se demoraron un día en realizar actos bochornosos contra dos símbolos de orgullo nacional: nuestro himno y nuestros niños. ¡Lamentable!
Bernardo Sánchez
Trabajo de la Convención
Para la nueva Constitución que se comenzará a escribir, se debe entender que no existen vencidos y vencedores, no existen ganadores y perdedores. Al contrario, gana Chile y su gente, al renovar nuevos compromisos, garantizar más derechos, terminar con el lucro en lo esencial para vivir dignamente, mejorar la salud, educación, vivienda, pensiones y las condiciones laborales.
Es hora de pasar del malestar, evasión, marchas y protestas, a las propuestas. Muchos chilenos esperamos con ansias la discusión y redacción de nuestra nueva Constitución, esperamos que el Poder Ejecutivo no se entrometa y dé facilidades para tener un buen resultado en el plebiscito de salida.
Luis Pacheco Yefe