Huérfanos por el covid
El caso de los tres hermanos chilotes que perdieron a sus padres colocó sobre la mesa el fenómeno de la orfandad que está provocando la pandemia en el país. La mesa de trabajo anunciada por la ministra Rubilar debería redundar en el anuncio de una potente política pública que dé auxilio a los niños.
Una realidad poco atendida hasta hoy es la de aquellos niños que producto del covid-19, han quedado huérfanos en el país desde que comenzó la pandemia, en marzo del año pasado. Si bien faltan datos concretos todavía para saber con certeza cuántos menores de edad se encuentran en condición de orfandad por culpa del virus, una primera aproximación entregada por el diputado Alejandro Bernales indica que son 283 niños y adolescentes los que de la noche a la mañana han visto tristemente transformada su armonía familiar en los casi 16 meses de pandemia.
Este fenómeno logró ser visibilizado al revelarse el lamentable drama de tres hermanos de 6, 12 y 14 años, de la comuna de Quinchao, en la isla de Chiloé, quienes hace dos meses vieron partir a su papá y el domingo pasado tuvieron que enfrentarse al fallecimiento de su mamá, ambos contagiados con coronavirus. Mientras el municipio rápidamente comenzó a entregar ayuda a los huérfanos, el resto de la familia empezó a movilizarse, todo a la espera de la tuición que deberá ser resuelta por los tribunales.
Asimismo, la propia ministra de Desarrollo Social, Karla Rubilar, de visita en la región, adelantó que en virtud de la realidad que se ha dejado entrever con el caso chilote, su cartera conformará una mesa de trabajo con la Unicef y la Defensoría de la Niñez, con la idea de elaborar una política pública que vaya en auxilio de los niños que debido a la pandemia, ven tan trastocado su presente y futuro por la pérdida de sus padres. A propósito de esto, la secretaria de Estado ha mencionado la publicación de un documento tendiente a contribuir la comprensión de los menores que enfrentan la muerte de un ser querido por el virus.
Evidentemente, la asistencia estatal a los huérfanos del covid no puede reducirse únicamente a la entrega de una pensión de gracia. Es una ayuda valiosa, por cierto, para dar ciertas garantías económicas, pero además ha de desplegarse una intensa red social del Estado para ayudar y acompañar a los menores en cada una de las etapas de su vida.