Retorno a clases presenciales
El regreso a clases que se registró ayer en Puerto Montt constituye una auspiciosa señal para la normalización, en lo posible, de las actividades escolares. El largo período de clases telemáticas ha afectado sobre todo a los estudiantes más vulnerables de los establecimientos educacionales.
El Ministerio de Educación ha dado a conocer hace algunos días el plan de retorno seguro a clases presenciales, que es gradual, flexible y voluntario para los colegios, y que se estima que tomará más fuerza con el término de las vacaciones de invierno. Los colegios municipales de Puerto Montt, precisamente, vivenciaron ayer este retorno, con un promedio de 50 estudiantes por establecimiento.
Las escuelas que han ido abriendo sus puertas este año lo han hecho con las medidas de higiene y los protocolos de seguridad que se han dispuesto, por lo que han servido como guías para que otras instituciones se sumen y puedan volver a las clases presenciales. Los colegios llevan meses preparándose, ya que en enero todos ellos entregaron sus planes de funcionamiento, adecuándose a los protocolos de los ministerios de Educación y de Salud, para disminuir el riesgo de contagio. Por ejemplo, se considera que en caso de no disponer del espacio suficiente para cumplir con el distanciamiento físico de los estudiantes, los establecimientos pueden dividir el curso en grupos que podrán tener clases en distintos espacios o en días o semanas alternos.
El ministro de Educación, Raúl Figueroa, ha señalado que se necesita actuar para devolver a los niños los aprendizajes que perdieron y las herramientas formativas que no han podido desarrollar, porque si el nuevo plan Paso a Paso fracasa, "son los alumnos los que pagarán el precio". Se prevé que este año el proceso será híbrido, es decir, coexistirán clases presenciales y a distancia.
La ONU ha advertido que es prioritario que las autoridades educativas, tomadores de decisiones en salud y servicios sociales básicos, así como administradores, directores y docentes, emprendan la planificación del retorno a clases presenciales, para fortalecer los sistemas educativos de acuerdo con las condiciones sanitarias adecuadas de cada nación. Este proceso es fundamental sobre todo para los más vulnerables, quienes antes de la pandemia ya estaban fuera de la escuela o en riesgo de abandonarla, y para los más marginados por pobreza, discapacidad o por vivir en zonas rurales distantes.