Centrales a carbón
El progresivo giro de la conciencia medioambiental ha modificado por completo las prioridades energéticas. El Gobierno pretende acelerar el cierre de las plantas termoeléctricas a carbón, habida cuenta de las urgencias medioambientales.
Hace unas semanas el Gobierno dio a conocer un nuevo adelanto en el plan de cierre de las centrales termoeléctricas a carbón que operan en Chile. Se trata de la salida adelantada de otras cuatro plantas. Si bien originalmente debían cerrarse en 2040, el programa se adelantó para 2025. Con ello, se reducirá la emisión de aproximadamente seis millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año.
En mayo de 2019, el Presidente Sebastián Piñera anunció el acuerdo al que llegó el Gobierno con cuatro empresas generadoras para aplicar un plan de cierre de las 28 centrales térmicas a carbón, en dos fases. Este calendario original se ha ido acelerando, ya que el plan de retiro es uno de los ejes estratégicos para combatir el cambio climático y lograr la carbono neutralidad al año 2050. No obstante, hace unos días se decidió reabrir una de ellas debido al escenario de sequía en el país, lo que abrió una enorme polémica de alcance nacional.
Una central termoeléctrica se utiliza para la generación de electricidad a partir de la energía liberada en forma de calor, mediante la combustión del petróleo, gas natural o carbón. Pero la emisión de residuos a la atmósfera tiene una incidencia importante en el medio ambiente. El problema de la contaminación es máximo en el caso de las centrales convencionales que usan carbón, porque la combustión tiene como consecuencia la emisión de partículas, ácidos de azufre y dióxido de carbono. No obstante, hay que considerar que el cese de actividades de esas plantas debe cumplir con un período de transición, pues también representa un problema social en las respectivas localidades, donde hay muchas personas que están vinculadas laboralmente a ellas y que deben ser reubicadas. Por otro lado, hay que asegurar el suministro a la población, de manera que estos cierres no pueden ser categóricos, sino que deben considerar las situaciones coyunturales.
Se dice con frecuencia que las Energías Renovables no Convencionales son las energías del futuro, ante lo cual Chile no está ajeno. Las autoridades las han apoyado y estimulado en las últimas décadas, mientras tienen el respaldo de la ciudadanía, que ve en ellas una solución al abastecimiento energético.