"La gran interrogante es la sostenibilidad de esta recuperación"
ECONOMÍA. El ex ministro piensa que "el escenario político es un factor de riesgo, junto con el cambio constitucional".
Esta semana se conocieron cifras económicas alentadoras. Pero la preocupación llegó desde afuera, con el informe de la ONU sobre lo irreversible del cambio climático, aunque Chile ya sufre sequía hace más de 10 años y se encamina a escenarios de escasez hídrica.
Felipe Larraín, exministro de Hacienda, académico y miembro del Comité Ejecutivo del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Universidad Católica (Clapes UC), aborda en detalle la situación económica del país y el panorama social del Chile pospandemia, la discusión del "cuarto retiro", los problemas asociados al cambio climático, las exportaciones y la incidencia del proceso constituyente.
-¿Es aventurado hablar todavía de una situación y reactivación pospandemia?
-No es aventurado, porque la economía viene recuperándose este año con mucha fuerza. El producto ya recuperó los niveles prepandemia y las proyecciones para 2021 se han corregido sistemáticamente al alza. La gran interrogante es la sostenibilidad de esta recuperación, debido a que descansa de forma importante en medidas de estímulo fiscal y retiros de fondos que simplemente no se podrán mantener.
-¿Cuál es el panorama y los retos para la economía chilena?
-Los mayores retos tienen que ver en el corto plazo con la recuperación del empleo, que ha estado rezagada de la recuperación de la actividad; la importancia de tener una discusión constitucional ordenada y que no se generen nuevos focos de incertidumbre político-institucional. El resultado de la nueva constitución determinará, entre otras cosas, qué pasará con temas de largo plazo que son muy relevantes, que son desafíos mayores: la consolidación fiscal, los efectos del cambio climático y el crecimiento de largo plazo.
-¿Cuán grave ha sido la pérdida de empleos y cuánto se ha podido recuperar?
-Las cifras oficiales muestran que en el peor momento de la pandemia se llegaron a perder dos millones de empleos y que se ha recuperado solo la mitad. Esta semana conocimos la encuesta de la UC que dio cuenta de una fuerte creación de empleos en julio, acorde con las mejoras sanitarias que estamos viendo y el proceso de apertura.
-¿Es optimista o no tanto para la situación de la economía de los próximos meses en el país?
-Es positivo observar cómo el avance de la vacunación ha permitido una reducción significativa de los contagios, hospitalizaciones y muertes por covid en nuestro país. La respuesta del gobierno ha sido masiva y eso, junto a los retiros de fondos previsionales, está impulsando una recuperación significativa, aunque muy impulsada por el consumo. Los próximos meses seguirán siendo buenos en materia de dinamismo de la actividad económica y este año cerraremos con un crecimiento histórico. En el transcurso del segundo semestre también debiésemos observar una recuperación paulatina del empleo. Me preocupa, sin embargo, el tono del debate político, la violencia y la incertidumbre que genera el debate constitucional.
-Según un estudio de Clapes ha habido un leve crecimiento del PIB en el primer trimestre de este año, pero el crecimiento ha sido más fuerte en la productividad. ¿Cómo hay que interpretar ambos índices y qué significan?
-El hecho que hayamos recuperado el nivel de producto prepandemia con un millón de empleos menos nos plantea un enorme desafío, pero habla también de la capacidad de adaptación y resiliencia de las empresas chilenas. Significa que la productividad ha aumentado al menos en los últimos trimestres, pero debemos esperar a tener más información para saber si se trata de un cambio permanente o es solo un fenómeno cíclico.
-Los programas de ayuda fiscal de los países desarrollados han ayudado a sobrellevar mejor la pandemia. ¿Cuál es su impresión respecto de esas ayudas en Chile?
-Las ayudas fiscales han sido muy masivas en Chile, especialmente este año. Esto ha sido posible debido al comportamiento fiscal responsable de las últimas décadas que permitió ahorrar en tiempos de bonanza y mantener bajos niveles de deuda pública. Sin embargo, es importante que en la medida que la situación sanitaria mejore se empiece a retirar estos estímulos, porque la capacidad del Estado no es ilimitada y los espacios se están agotando de forma acelerada. Lo que se requiere es iniciar un proceso gradual de consolidación fiscal para estar mejor preparados para cuando enfrentemos una nueva crisis.
-¿Qué le parece la ampliación del IFE hasta noviembre y la idea del IFE laboral?
-Con la extensión del IFE el gobierno trata de dar tranquilidad a las familias, pero en un contexto más normal en términos del desarrollo de la pandemia, es necesario volver pronto a un enfoque de mayor focalización, porque el IFE universal es muy caro de mantener y el Estado no tiene la capacidad de financiarlo de forma indefinida. El IFE laboral está bien enfocado, toda vez que la recuperación del empleo formal es uno de los mayores desafíos que enfrentamos.
-¿Qué opinión tenía del primer retiro de fondos del 10% antes de que se produjese y cambió en algo cuando mostró un efecto reactivador?
-Mi opinión sobre los retiros de fondos no ha cambiado. Si bien los retiros han aumentado el ingreso de los hogares y el gasto, también han incidido en el alza de los precios de diversos productos y de las tasas de interés que hemos visto, así como en la caída del precio de algunos activos como bonos y acciones.
-¿Y qué le parece el posible cuarto retiro que se ha planteado?
-Si se concreta el cuarto retiro en discusión, más de cinco millones de personas se quedarán sin fondos para su jubilación. Esto generará una presión adicional a las finanzas públicas y sobre toda la población porque se deberá financiar una parte de los más de US$ 50 mil millones que se han retirado de los fondos.
-Otro informe de Clapes apunta a que desde 2015 las exportaciones chilenas han perdido dinamismo. ¿Por qué ocurrió esto y cuánto las afectó la pandemia?
-Después de décadas de aumento sostenido, hemos visto una fuerte pérdida de dinamismo de las exportaciones chilenas en los últimos años, especialmente en la minería que es nuestro principal sector exportador. En contraste, las exportaciones agropecuarias, silvícolas y pesqueras han tenido un gran dinamismo impulsadas por el acceso al dinámico mercado chino y la capacidad de reacción que han tenido los agricultores chilenos. Pese a las tendencias globales, como el proteccionismo en las grandes potencias mundiales, esta pérdida de dinamismo no es un fenómeno global, lo cual nos llama a mirar factores internos que pueden estar incidiendo en esta evolución. Es posible que factores como la menor inversión extranjera directa, las dificultades para materializar proyectos de inversión en sectores exportadores, el cambio de composición en la estructura productiva (que ha migrado hacia servicios) y dificultades a nivel micro que enfrentan los exportadores estén detrás de este estancamiento del volumen exportado en el país.
-Los informes recientes sobre cambio climático son preocupantes. ¿Cómo afectará esta situación a la economía?, ¿ya lo está haciendo por la sequía?
-En el corto plazo, estamos viendo que las sequías van a afectar a las producciones agrícolas, presionando al alza el precio de los alimentos, por ejemplo, dado que hay variaciones muy fuertes en las cosechas. En el caso del agua para consumo humano, se está empezando a considerar planes de abastecimiento de consumo de agua y en muchas localidades donde el agua aún llega por aljibes el problema puede ser muy serio. En el mediano y largo plazo los presupuestos de inversiones deben contemplar inversiones en adaptación y resiliencia climática que incluyen construcción de sistemas de agua para riego y servicios, que pueden ser inversiones considerables.
-Se ha apuntado que el alza en financiamiento ecológico en EE.UU. podría tener efectos benéficos en Chile.
-En un estudio reciente de Clapes UC encontramos que la irrupción de Estados Unidos en acción climática tiene la capacidad de "mover la aguja" en los esfuerzos de abatimiento mundial y limitar el incremento de temperaturas a 1.5°C sobre los niveles preindustriales. Chile como participante activo en la gestión climática, y la preservación de su institucionalidad, tiene al menos tres oportunidades de encontrar un aliado en el esfuerzo climático: uno, incrementar la alianza estratégica como socio comercial en la adopción de tecnologías y reducción de emisiones de CO2. Dos, aprovechar las oportunidades de financiamiento que tiene pensado realizar Estados Unidos a nivel internacional, para canalizar estas opciones a través de la emisión de deuda soberana, corporativa, inversión directa e innovación y desarrollo tecnológico; y tres, promocionar más mercados y menos emisiones, generando la firma de convenios bilaterales de intercambio de esfuerzos de mitigación aprovechando la iniciativa de mercados de carbono y precios de carbono.
-Las elecciones presidenciales y la elaboración de la nueva Constitución, ¿implican un factor de incertidumbre económica?
-Sí. El escenario político es un factor de riesgo, junto con el cambio constitucional que ocurre de forma simultánea. No necesariamente será algo negativo, pero lo cierto es que, en el corto plazo, la cautela puede llevar a la paralización de ciertas decisiones de inversión y contratación. Esto se exacerba con la pandemia que estamos enfrentando.
"El IFE universal es muy caro de mantener y el Estado no tiene la capacidad de financiarlo de forma indefinida. El IFE laboral está bien enfocado. Recuperar el empleo formal es uno de los mayores desafíos".