Mes de la Solidaridad
La figura de Alberto Hurtado es el gran referente nacional en esta área gracias a su gran obra: el Hogar de Cristo. Las lecciones que dejó Alberto Hurtado siguen completamente vigentes en el país. El dolor de la pobreza debe conmover a todos.
Agosto ha sido declarado el Mes de la Solidaridad, en homenaje a Alberto Hurtado, quien murió el 18 de agosto de 1952, dejando como legado el Hogar de Cristo. Su recuerdo sigue vivo gracias a su legado e inspirador mensaje en el ámbito social y espiritual para los chilenos.
Debido a la emergencia sanitaria, las actividades de conmemoración han sido muy reducidas. Sin embargo, el compromiso con el otro debe ser permanente, como lo hacen muchas personas que buscan el bien de la sociedad. Es indispensable que el dolor ajeno conmueva y movilice para construir una patria más justa y mejor.
La solidaridad, entendida como la adhesión o apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles, distingue a la humanidad para bien en un mundo donde prima el individualismo y la ceguera ante la diferencia y los problemas del otro.
San Alberto Hurtado tiene un legado inspirador al respecto. Una de sus frases sostiene: "Mi misión no puede ser solamente consolarlos con hermosas palabras y dejarlos en su miseria, mientras yo como tranquilamente y mientras nada me falta. Su dolor debe hacerme mal: la falta de higiene de sus casas, su alimentación deficiente, la falta de educación de sus hijos, la tragedia de sus hijas. Que todo lo que los disminuye me desgarre a mí también".
Su mensaje llama incluso al necesario dolor que debe provocar la tragedia de nuestros hermanos. Ello debe inspirar en lo social y espiritual para bien de miles de chilenos que lo pasan mal. Por lo anterior, la solidaridad no puede ser sólo un concepto o uno más de los elementos de una sociedad que busca expiar sus responsabilidades de alguna forma.
La solidaridad es entender el dolor de los demás y ayudarles a hacer la vida mejor, lo que debe estar presente de manera permanente. No se queda en las fechas simbólicas, ni en algunas ocasiones, como en la Teletón, sino que debe determinar las existencias como una prioridad a desarrollar de manera persistente en todo nuestro quehacer. Es una tarea que debe ser permanente en la sociedad civil.