Realidad del cambio climático
El informe del Ipcc de la ONU sobre el presente y futuro del clima ha dejado una dolorosa constatación: aparentemente, poco se puede hacer a esta altura. Se necesita de acciones urgentes ya, tanto a nivel nacional como regional y local, para minimizar el impacto de la acción humana.
Por lejos, ha sido de extrema relevancia la difusión del último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (Ipcc) de la ONU, documento de casi cuatro mil páginas que aborda el avance del calentamiento global y que describe consecuencias "sin precedentes" y cambios "irreversibles" para el planeta. El trabajo advierte que incluso si se redujeran las actuales emisiones de gases de efecto invernadero, los glaciares seguirán derritiéndose durante décadas o siglos; el nivel del mar subirá entre 28 y 55 centímetros hacia fin de siglo; y la temperatura continuará al alza, junto con la acidificación y desoxigenización de los océanos.
Respecto de Chile, el informe plantea que varios de los fenómenos climáticos que se han venido observando en los últimos años en el país incrementarán su frecuencia y/o intensidad. Es el caso de las sequías prolongadas, que aumentarán de una a cinco cada 100 años. El documento dice que el cambio climático inducido por el hombre ha contribuido a la escasez hídrica que afecta al país desde 2010 y que los cambios aumentarán la sequedad de los suelos por sobre los parámetros conocidos.
Asociado a lo anterior, el reporte da cuenta de una fuerte disminución de la nieve caída en la Cordillera de Los Andes, lo que repercute en el caudal de los ríos, la acumulación de agua en los embalses y las aguas subterráneas. La nieve estacional, dicen los científicos, durará menos en toda América del Sur. Sobre los incendios forestales, el informe constata que en los últimos años se registra un aumento en la cantidad, área afectada y duración de estos eventos. Además, sostiene que aunque sean generados por la acción humana, las condiciones climáticas en la zona centro y centrosur del país son más propicias para la propagación de estos siniestros.
Con estos antecedentes se requiere, sin duda, una mayor preocupación local en torno a estas materias. Ya no es posible verlo como algo "lejano" y que afecta sólo a países ubicados en otras latitudes. Por el contrario, es una realidad que estará cada vez más presente en estos territorios y -por consiguiente- requiere de acciones concretas para disminuir los riesgos inmediatos y de forma paralela contribuir al objetivo global de reducir las emisiones de dióxido de carbono.