María Consuelo Ulloa

Es común ver, en diversos espacios de la capital regional, unos hombrecitos de papel -hechos de origami- que asombran a quienes los observan.

Ese arte tiene un nombre reconocido en la zona, pertenecen al artista Claudio Acuña quien, hace cerca de 10 años, lleva adelante su proyecto "FactoríaPapel", el cual lo llevó ahora, incluso, a desarrollar su obra en Italia, específicamente a la Bienal de Lucca.

De la historia de cómo llegó a esta instancia, su experiencia en Europa y cómo ve el futuro conversó con El Llanquihue.

- ¿En qué fecha comenzó el evento y cuándo participaste tú?

- La Biennale dura entre el 1 de agosto y el 26 de septiembre en Lucca, Italia. Yo junto a otros seis artistas viajamos y estuvimos en julio construyendo las esculturas gigantes que se instalaron en la ciudad para la bienal.

- ¿Cómo llegaste a participar en esta instancia?

- A la Biennal se postula con un proyecto y un comité de evaluadores eligen a los artistas que crearán las esculturas en Italia. Es necesario mandar un preproyecto, el currículo de obras construidas y las especificaciones de construcción de la obra.

- ¿Tuviste apoyo económico para poder ir?

- La biennal otorga becas que cubren todos los gastos a los seis artistas internacionales que fueron seleccionados.

- ¿Fuiste el único chileno y/o el único artista a nivel local?

- Fui el único artista sudamericano en estar en la biennal, por ende el único chileno. El resto fue de Turquía, Japón, E.E.U.U, Italia, Suiza.

- ¿Por qué decides postular?

- Hace 10 años que desarrollo el proyecto www.factoriapapel.cl que se especializa en la instalación de obras de arte en los espacios públicos.

La importancia del evento es que son convocados los mejores artistas del mundo que se especializan en el uso del papel.

- ¿Cómo fue la experiencia aparte de exponer?, ¿qué otras actividades realizaste o qué otros estímulos recibieron?

- La experiencia fue muy enriquecedora , pues es una instancia de excelencia en el circuito del arte, que te permite convivir por un mes con los mejores escultores de papel, intercambiar técnicas, comparar estilos y hacer gestiones para poder seguir exponiendo en el circuito internacional.

- ¿Cuánto demoraste en la creación y qué te inspiró para realizar la obra? ¿Y cuánto demoró la instalación?

- La obra está compuesta por 22 figuras de 180 cm de alto. Cada una construida desde un cuadrado de papel con cortes con la técnica del origami. La obra la construí desde cero en Italia en tres semanas.

La obra está basada en la temática " miedo y deseo" que es la temática de la bienal.

La escultura de llama "First of all movement" y busca reflejar la participación colectiva en la creación de lo colectivo. Es un reflejo de la sumatoria de individualidades que generan la identidad única de cada persona.

- ¿Cómo ves, a nivel regional, el desarrollo y el apoyo a proyectos como los que tu realizas?

- Cada vez se generan más instancias dónde los artistas pueden crear, pero aún falta más apoyo para poder seguir creando obras para la ciudad. En ese sentido la ciudad requiere y necesita más instancias de arte dónde todos colaboren desde los ciudadanos , las empresas privadas y las autoridades regionales.

"La experiencia fue muy enriquecedora, pues es una instancia de excelencia en el circuito del arte, que te permite convivir por un mes con los mejores escultores de papel, intercambiar técnicas, comparar estilos y hacer gestiones...".

Huyó de Kabul con lo puesto y su computador. La premiada cineasta afgana Shahrbanoo Sadat y parte de su familia fueron rescatados hace dos semanas por el Ejército francés, un privilegio que le crea sentimientos contradictorios: "Me avergüenzo de estar a salvo".

Sadat, de 31 años, es una de las directoras más reconocidas de Afganistán desde que en 2016 ganó con su ópera prima, "Wolf and Sheep", el Art Cinema Award, el principal reconocimiento de la Quincena de Realizadores de Cannes, una sección paralela al festival que reconoce las obras más originales y visionarias.

La joven habla en un parque infantil, a pocos metros de unos bloques de inspiración soviética situados en los suburbios parisinos. Ella y nueve miembros de su familia se alojan allí solo por unos días. Su destino final será Hamburgo (Alemania), donde está la productora con la que ella trabaja.

Habla con un tono bajo, pero firme. Aún está procesando todo lo que ha sucedido desde el 14 de agosto, día en el que los talibanes tomaron Kabul.

"Me siento perdida y confusa. No estaba preparada para este viaje, dejé apurada mi departamento y no pude llevarme nada, solo mi computador y la ropa que tengo puesta", recuerda con un hilo de voz.

"Parte de mi familia está todavía viviendo en mi departamento en Kabul. Vivíamos veinte personas allí (padres, hermanas, hermano, sobrinos y colaboradores). Todavía hay diez. Estoy estresada y triste", reconoce.

A medida que avanza la conversación, la indignación de la directora va en aumento: "Han dejado a Afganistán vendido a su propia suerte. Es cierto que el gobierno afgano no era el mejor, era un gobierno corrupto, pero aún así estábamos en una democracia, íbamos hacia adelante, aunque lentamente".

Según Sadat, "había muchas soluciones en Afganistán. La única que no podía ser era dejar el país en manos de un grupo terrorista, porque los talibanes son eso".

La cineasta vio de cerca la angustia y el pánico de las miles de personas intentando abandonar el país: "Sinceramente, me siento avergonzada de estar sana y salva porque vi a la multitud en el aeropuerto. Conozco a mucha gente, a muchos artistas, muchas mujeres, gente con estudios que ni siquiera pudieron ir al aeropuerto".