(viene de la página anterior)
uno a uno por empresa y que también se pueda medir por empresa. Eso se lo hemos ido transmitiendo a nuestros socios. He visto mucho entusiasmo y veo además un sentido de autocrítica, pero también de optimismo. Nosotros podemos resolver estos temas y mejorar; hay una intención real y genuina de mejorar y esto no va a ser de un día para otro, pero espero ver resultados en los próximos meses.
-También se les criticó a los gremios empresariales que no reaccionaron ante lo delitos de colusión o financiamiento irregular de la política en algunos de sus asociados. ¿Cambiará eso ahora?
-Vamos a ser claros para mencionar lo que es un delito y quiénes son las personas responsables, y que la empresa tiene que tomar medidas. Porque, si efectivamente son condenados, tiene que haber cambios y tienen que salir de la empresa. En eso no va a haber medias tintas.
-Ha recorrido mucho el país en esta búsqueda de diálogo. ¿Qué ha escuchado en el gremio en las regiones?
-Hoy el desafío que ha tenido hace mucho tiempo el mundo regional es sentirse más incorporado y no esta tremenda diferencia que hay en el centralismo, no solo en el aparato estatal, sino que también en el mundo empresarial. Lo que están esperando son espacios de mayor participación y esto se nota en los gremios regionales. Hay muchas empresas, por ejemplo los bancos, que tienen sucursales en regiones y que no participan en los gremios locales, sino que solo lo hacen a nivel central. Eso no es correcto, porque los distintos bancos son relevantes a nivel local, así que debieran ser parte de los gremios regionales. Lo que están buscando son oportunidades y mayores grados de autonomía para tomar las decisiones. Yo creo que la elección de gobernadores va en ese sentido.
-Como Sofofa, ¿de qué modo se están haciendo cargo de eso?
-Primero, escuchando. Hemos buscado los espacios para descubrir las sensibilidades de cada una de las regiones y poder entender que cada una tiene una realidad y desafíos distintos. Un punto en común puede ser la economía digital, que les permita el acceso y la incorporación al mundo del emprendimiento a personas que hasta ahora han estado excluidas, especialmente el mundo rural, pero también mujeres y jóvenes de regiones.
-Hay cifras que revelan un mejoramiento de la economía. ¿Están optimistas?
-La economía está con mucha fuerza, lo estamos viendo por ejemplo con toda la actividad que está teniendo el comercio, pero también se está abriendo al área de servicios que es la más golpeada con la pandemia, el pequeño retail y especialmente el turismo. Pero vemos mucha fortaleza y con gran satisfacción cómo se está recuperando el empleo, porque esto significa que como las ayudas tienen que lentamente ir retirándose, porque no son sostenibles en el tiempo, lo que tenemos que hacer es reemplazarlas con empleo, ojalá formal. Vamos bien encaminados, pero tenemos una serie de otros desafíos a mediano y largo plazo que nos preocupan enormemente.
-¿Cómo cuáles?
-Tenemos un problema estructural respecto de cuál es nuestro PIB potencial, que está alrededor del dos por ciento, y la verdad es que los desafíos que tiene nuestro país para resolver muchos problemas sociales no alcanza con eso. No es el crecimiento que necesita el país para ir resolviendo sus problemas y debiera ir apuntado a un cuatro o cinco por ciento, pero para eso se tienen que hacer cambios estructurales que no se han hecho por mucho tiempo. La productividad ha estado estancada por más de 10 años y entre las soluciones está la educación. Tenemos un desafío enorme no sólo en la formación escolar, sino que en la técnico-profesional. Tenemos que realzar el trabajo especializado, que es muy importante, especialmente en regiones, y cómo podemos incorporar especialmente a las mujeres y jóvenes en el mercado laboral.
-Hay buenas cifras, pero también un aumento en la inflación, una baja en el cobre, la redacción de una nueva Constitución.
-Hay incertidumbre, lo que es muy complicado para el mundo empresarial, porque cuando uno toma decisiones de inversión el inversor ve qué se vislumbra para los próximos 10 o 15 años y esa certidumbre pasa mucho por la institucionalidad. Hoy estamos en una conversación muy importante, muy relevante, como es una nueva Constitución, y ahí hay dos componentes que son muy importantes y relevantes, que son el fondo, pero también el cómo se discute. Que se haga con respeto y que se entienda la importancia que la Carta Fundamental tiene que poder representar a la gran mayoría y para eso yo veo con moderado optimismo cómo lentamente ha habido más diálogo entre las distintas partes de la Convención Constitucional y, también, en los debates presidenciales.
-¿Quiere decir que cambió una preocupación inicial por optimismo?
-Era esperable también, dado el clima en el país, que estuviera muy polarizada en su inicio. Es válido que haya distintas ideas que hay que discutir y finalmente hay que llegar a acuerdos. Las personas que piensan que no se puede vivir con acuerdos, bueno, así no funciona la vida y ese el gran beneficio de la democracia, que nos fuerza a buscar un camino común y con los matices que da también la alternancia que debiera haber en el poder. Pero he visto que a medida que pasa el tiempo los temas a mi entender están teniendo también un respaldo técnico y con una mirada más de largo plazo. Porque es importante entender que esto nos va a acompañar por 20, 30 o 40 años. Aquí estamos plantando las esperanzas de las próximas generaciones y yo creo que los convencionales, los 155 hombres y mujeres, deben sentir esta responsabilidad sobre sus hombros. Yo, al menos, en lo poco que puedo aportar en este ámbito, siento una gran responsabilidad sobre el país que les vamos a entregar a las próximas generaciones.
-Cuando asumió como presidente dijo que les faltó diálogo a los empresarios. ¿Ya han hablado con los constituyentes sobre este tipo de país que quieren?
-Estamos disponibles, pero no lo hemos hecho aún por dos razones. Primero, partimos haciendo una reflexión interna. Porque con lo que ha ocurrido en Chile, me parecía que correspondía ver qué cosas tenemos que mejorar y cambiar nosotros. En eso hemos estado estos tres meses, viendo cómo nos relacionamos con nuestros distinto grupos de interés, partiendo por la ciudadanía, que son nuestros clientes, pero también con los proveedores, con los trabajadores, con las comunidades y cómo estamos enfrentando el gran problema de la sostenibilidad. Ahora vamos a buscar los distintos espacios en los que podamos opinar y seguramente vamos a pedir reuniones en las comisiones de la Convención que corresponda para poder entregar nuestra opinión con el sentido propositivo de que queremos aportar.
-¿Cómo ve la carrera presidencial?
-Primero, encuentro positivo que los debates que ha habido han sido bastante respetuosos. Espero que siga así, porque hay que cuidar mucho las formas. El país necesita moderación, que podamos transmitir que aquí no hay enemigos, sino que adversarios, y distintas ideas. Respecto de los programas, nosotros vamos a tener ahora cuatro jornadas con los cuatro equipos de los principales candidatos y candidata (Sichel, Boric, Kast y Provoste), y vamos a poder darles nuestra opinión respecto de lo que se está planteando. Y, como siempre, hay algunas ideas que las encontramos muy buenas y las vamos a apoyar, y otras que creemos que pueden afectar el potencial de crecimiento.
-A Sichel le reiteran mucho que es el candidato de los empresarios. ¿Es así?
-Primero, no me corresponde decir algo sobre los candidatos de alguien. Yo estoy en un gremio en que hay distintas sensibilidades. Acá lo que interesa es que primero haya un debate con altura de miras. Va a ser elegido o elegida por la ciudadanía y nosotros vamos a trabajar con la persona que salga elegida y vamos a colaborar, proponer, pero también vamos a dar nuestra opinión cuando consideremos que algunos aspectos no se están llevando bien o algunas ideas que consideramos que no son buenas para Chile y su gente.
-¿Como el cuarto retiro?
-Es una mala política pública, porque uno podría entender las razones al principio, porque quizás el Gobierno se demoró demasiado en las ayudas, pero una vez que llegaron no hay ninguna justificación para un nuevo retiro. Hoy la cantidad de recursos que destina el Estado es enorme. Y esto va a afectar, porque de alguna manera el Estado y la sociedad van a tener que recomponer esto y esto es un problema que van a tener que pagar en parte las nuevas generaciones, y recién hablábamos de que le queremos entregar un mejor país, pero no podemos entregar un país con deudas que finalmente van a tener que pagar con un costo no menor. Acá es muy importante ser serio. El esfuerzo que se ha hecho en términos fiscales ha sido enorme, pero esto no puede seguir de esta manera, porque no es sostenible. No tenemos los ingresos para seguir así. Hoy se está apostando por potenciar el empleo, que yo creo que es lo correcto. Pero la base para solucionar esto, y no conozco otro país que lo haya hecho de otra manera, es con crecimiento económico. Pero no cualquier crecimiento, sino que crecimiento inclusivo donde ojalá nadie se quede atrás. Incorporar a mucha gente.
-¿Cambiará el mercado laboral pospandemia?
-En parte sí, pero hay algunas cosas que no van a cambiar. Para mantener la cultura de las empresas hay que ver. No creo que esto pueda ser reemplazado. Pero al final va a ser una combinación que tiene positivo que está ayudando a mejorar la calidad de vida. Ahí estábamos en un problema que no lo enfrentamos a tiempo, de cómo poder mejorar el balance entre la vida laboral y la personal de los trabajadores. Los tiempos de traslado no tienen ningún sentido. Buscar ese tipo de flexibilidad con el ingreso y salida del trabajo, porque si queremos tener una sociedad sana, tenemos que tratar de resolver esto. Es un problema no solo de Chile, sino del mundo.
-¿Y los sueldos?
-Una de las preocupaciones es que suban los salarios. Nadie puede estar en contra de eso. Especialmente los más bajos. Ojalá que en Chile nadie ganara menos de un millón o un millón y medio de pesos, o lo que sea, pero para eso nosotros tenemos que ir evolucionando y esto no va a llegar solo por voluntarismo, también tiene que haber esfuerzo en educación, capacitación, incorporando tecnología. Yo creo que lo podemos lograr. Las grandes empresas sí tenemos la responsabilidad de pagar mejores salarios. Es parte de la reflexión que tuvimos dentro de Sofofa, de cómo podemos mejorar especialmente los salarios bajos
-¿Cómo califica el Gobierno y qué espera de él en los seis meses que quedan de su gestión?
-Yo siempre trato de ver el lado positivo y medio vaso lleno. El Gobierno, viendo el 80 por ciento vacunado, es algo notable. Segundo, en términos económicos hay que destacar cómo se está recuperando la economía. Y lo otro es que logre transmitir tranquilidad, moderación, de que acompañe todos estos procesos en forma leal, tanto en la Convención Constitucional como en el proceso eleccionario y que todo resulte bien, porque lo que necesitamos es paz, respeto, es volver a unirnos y tener una mirada de futuro todos juntos. Es lo que les debemos a las futuras generaciones.
el líder de la sofofa reconoce que una nueva constitución y proyectos como el cuarto retiro llevan incertidumbre al mundo del gran empresariado.
"Tenemos un problema estructural respecto de cuál es nuestro PIB potencial, que está alrededor del dos por ciento, y la verdad es que los desafíos que tiene nuestro país para resolver muchos problemas sociales no alcanza con eso. No es el crecimiento que necesita el país para ir resolviendo sus problemas"
"Ojalá que en Chile nadie ganara menos de un millón o un millón y medio de pesos, o lo que sea, pero para eso tenemos que ir evolucionando y esto no va a llegar solo por voluntarismo, también tiene que haber esfuerzo en educación, capacitación, incorporando tecnología".