El infierno de Pelluco
Bastó que se levantara el toque de queda para que se agudizara la inseguridad ciudadana que afecta a los habitantes de ese sector puertomontino. Las carreras clandestinas, es bueno recalcarlo, no sólo están inquietando en Pelluco. Hay reportes similares en otros sectores.
Aunque desde antes de la pandemia ya se venía advirtiendo cierto fenómeno de incivilidades en el sector de Pelluco, en Puerto Montt, los que luego fueron morigerados como efecto de las medidas restrictivas que impuso la pandemia, pareciera que el término del Estado de Excepción en el país y, por tanto, del toque de queda, desató todas las pasiones acumuladas durante la pandemia. En una semana ya con completa libertad de circulación durante las noches, los vecinos de Pelluco han tenido que pasar por noches insufribles por culpa de las carreras clandestinas, las fiestas con abuso de alcohol y drogas en el espacio público y hasta bataholas campales, como quedara registrado en un elocuente video grabado por uno de los residentes. La magnitud del incidente recuerda incluso a aquellos balnearios europeos famosos por las reyertas y la falta de límites.
Frente a este panorama, se requiere claramente de una acción decidida por parte del Gobierno, que es el encargado, a través de la fuerza pública, de cautelar por la seguridad ciudadana. Lo que necesita el barrio de Pelluco ahora, así como tantos otros en los que ya se está denunciando con pesar la existencia de carreras clandestinas, es la presencia de Carabineros como elemento disuasivo, primero; pero también de una intervención integral que permita atacar penalmente cuestiones tan evidentes como la venta de drogas y la circulación de automóviles que han sido modificados con el exclusivo fin de participar en carreras clandestinas.
Ni en Pelluco, ni en Alerce, ni en Mirasol, que es donde se está concentrando este tipo de denuncias, se puede aceptar que la ciudadanía pierda el goce de espacios públicos que, por lo demás, han demandado inversión estatal. No se le puede entregar las calles, avenidas ni la noche a grupos de personas inconscientes que creen estar por sobre los derechos de los demás.
Este es el momento para que el Gobierno, Carabineros y el Ministerio Público asuman que hay un problema que de no refrenarse ahora, seguirá incrementándose, igual que el malestar de la comunidad puertomontina.