Conocimiento científico a disposición de las comunidades educativas de Aysén
Promover una investigación centrada en la creación de conocimiento, el trabajo colaborativo de investigadores e investigadoras, la interacción con diversos actores regionales y nacionales, además de promover el vínculo entre investigación y docencia, son algunos de los ejes centrales de la política de investigación que recientemente presentó la casa de estudios a su comunidad universitaria y que se ejemplifica a través de la ejecución de una iniciativa que vincula a la comunidad, las comunidades educativas y la academia.
Con la participación de cerca de 70 estudiantes y presente en cinco localidades de cuatro comunas de la Región de Aysén, el proyecto de Vinculación Escolar Científica (en su línea de Medio Ambiente) que desarrolla la Unidad de Gestión Territorial de la Dirección de Vinculación con el Medio de la Universidad de Aysén mediante el área de educación escolar, implementa desde el año 2020 un Programa Piloto de Monitoreo de Calidad del Aire y su impacto en la salud de las personas, iniciativa que forma parte de los denominados Proyectos de Vinculación Escolar Científica de la UAysén.
El proyecto tiene como su principal objetivo reconocer las percepciones y actitudes que tienen los y las jóvenes frente a la temática de la contaminación ambiental e incentivar su compromiso con la búsqueda y ejecución de soluciones a desafíos que son propios de la Región.
Para la implementación de los distintos componentes que contempla esta iniciativa, el proyecto cuenta con el acompañamiento de tres asesores científicos, todos investigadores e investigadoras de la universidad, quienes ponen a disposición de la iniciativa su conocimientos en los ámbitos de la tecnología, salud y procesos sociales.
Consciente del propósito angular de este proyecto de vinculación, Claudia Hernández, profesional de educación de la Unidad de Gestión Territorial de la Dirección de Vinculación con el Medio de la Universidad de Aysén, destaca que "el objetivo es fortalecer la educación de la ciencia a través de un programa piloto que busca a través de los componentes de: salud, social y tecnología, entregar las herramientas a los y las estudiantes de enseñanza media para enfrentar los desafíos que presenta la contaminación ambiental".
La importancia de esta iniciativa en torno a un tema cotidiano en la vida de todos los habitantes de la región, también es abordada por Carla Basualto, académica del departamento de Ciencias de la Salud. "La relevancia del proyecto está dada por varias aristas. Primero, la adecuación de elementos que nosotros trabajamos como investigadores a actividades que puedan ser ejecutadas y comprendidas por escolares. Segundo, tomar un tema relevante en la vida de todos los habitantes de Aysén y mostrar, a través de instrumentos, cómo la contaminación puede medirse y qué efectos directos tiene sobre nuestra salud. Tercero, la interrelación que logra este proyecto, coordinando saberes provenientes de las ciencias medioambientales y de las ciencias biomédicas y poniéndolos a disposición de la comunidad, para que ésta logre una mejor comprensión del tema. Cuarto, la llegada a la comunidad a través de un equipo compuesto no sólo por académicos, sino también por profesionales que se desempeñan en nuestra institución y por estudiantes de la U. de Aysén".
Metodología e incorporación
de las comunidades estudiantiles
El proyecto de Vinculación Escolar Científica de la Universidad de Aysén cuenta con el apoyo de once docentes de cinco establecimientos educacionales, además de cuatro académicos y académicas de la universidad y cinco estudiantes de la casa de estudios, presentes en los liceos Josefina Aguirre Montenegro y República Argentina de Coyhaique, Liceo Politécnico A-1 de Puerto Aysén, Liceo Bicentenario rural Cerro Castillo, de la comuna de Río Ibáñez y el Liceo Bicentenario Austral Lord Cochrane, en la comuna de Cochrane.
El componente tecnológico esta siendo asesorado por el Jefe de departamento de Ciencias Naturales y Tecnología, Johnny Valencia, quien asumió el liderazgo en la instalación y monitoreo del equipamiento AQM. Su metodología se basó en "la instalación de dos equipos, uno en el Liceo República Argentina y otro en el Liceo Josefina Aguirre, de los cuales periódicamente estamos recolectando datos que nos permiten verificar y comparar medidas de material particulado en dichos centros educativos. Para el desarrollo de los talleres, hacemos llegar a cada estudiante un kit de desarrollo arduino completo. En cuanto a los demás liceos, se están realizando actividades y talleres presenciales, en los que no solo ponemos a su disposición los kits o los retos de programación, sino que nos preocupamos por acompañarlos en el diagnóstico y solución de necesidades para mejorar su conectividad y despertar la curiosidad de los y las estudiantes, en cuanto al desarrollo de proyectos investigativos desde la escuela", finaliza.
Carolina Aceituno, directora del Liceo Bicentenario rural de la localidad de Cerro Castillo, destaca lo que el proyecto ha significado para los y las alumnas. "Para los y las estudiantes ha sido una instancia de aprendizaje, pero también de desarrollo de ciertas habilidades porque en este trabajo que realizan de programar, armar, también ponen en práctica habilidades blandas como la tolerancia, el respetar los turnos y el trabajar en equipo", puntualiza.
Los componentes involucrados
Además del componente tecnológico, este programa piloto cuenta con un componente de salud, en el que los y las jóvenes participantes aprenden el uso e interpretación de tres equipos que permiten medir presión arterial, saturación de oxígeno en la sangre y variabilidad del ritmo cardíaco, lo que permite observar si la exposición a diversos niveles de contaminación atmosférica es capaz de afectar los resultados que normalmente se registran a través de estos instrumentos.
"El equipo humano reunido para trabajar en este proyecto se dedica a evaluar, a través de métodos no invasivos, parámetros de salud de las personas. En este caso, dos estudiantes de las carreras de la salud se capacitaron en el uso e interpretación de tres equipos que permiten medir: presión arterial, saturación de oxígeno en la sangre y variabilidad del ritmo cardíaco. Los dos primeros son ampliamente usados en el ámbito clínico, mientras que el tercero, la variabilidad del ritmo cardíaco (VRC), es usada más bien en el ámbito de la investigación. Todas estas mediciones van dirigidas a evaluar, principalmente, cambios en el funcionamiento, a corto plazo, de los aparatos respiratorio y cardiovascular", señala Carla Basualto, académica del departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de Aysén.
Además de los componente tecnológico y de salud, la iniciativa también incorporó una línea social, que incluye el levantamiento de información sobre las percepciones públicas que tienen los estudiantes de enseñanza media respecto a la calidad del aire y los riesgos asociados a la contaminación.
Sebastián Ibarra, académico del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Aysén, es el asesor científico de este componente. "El proyecto VEC ha considerado el levantamiento de una línea de base con información sobre las percepciones públicas que tienen los estudiantes de enseñanza media respecto a la calidad del aire y los riesgos asociados a la contaminación. Esta información permitirá complementar las mediciones de los niveles de concentración de material particulado y de los parámetros biomédicos con un análisis de los conocimientos, percepciones, representaciones sociales y prácticas que las personas construyen en torno a la contaminación del aire y la calefacción domiciliaria".