Acuicultura y medio ambiente
La protección de los ecosistemas marinos se ha convertido en un aspecto vital en el debate público. Progresivamente se está adquiriendo conciencia, en diversos sectores, acerca de una mejor conciliación entre desarrollo y medio ambiente.
En entrevista con El Llanquihue, el superintendente de Medio Ambiente, Cristóbal de la Maza, junto con comentar una serie de temáticas relativas a su quehacer y que tienen directa relación con la región, como la protección de los humedales y de los cuerpos de agua, además de los problemas derivados de la disposición de los residuos sólidos, apuntó a un área que por años ha permanecido en el tapete, como lo es la relación de la salmonicultura con la preservación de los ecosistemas marinos. Según sus declaraciones, "hay lugares que por su fragilidad se están transformando en zonas más riesgosas para desarrollar la acuicultura", en alusión al impacto que está provocando esta actividad en los mares del sur del país, advirtiendo, por lo demás, que el ordenamiento territorial de la industria es un tema que debe abordarse a futuro.
Es imposible negar las consecuencias positivas del desarrollo acuícola en el sur, y que ha contribuido, por ejemplo, al explosivo crecimiento de Puerto Montt en las últimas tres décadas. De acuerdo al Informe de Sostenibilidad de SalmonChile para el ejercicio del año 2020, la industria produjo más de un millón de toneladas del producto, exportó USD$ 4.483 millones y generó empleo, tanto a través de empresas proveedoras como productoras, para 71 mil personas. En la otra vereda, el mismo informe precisa también que el año pasado se registraron 8 escapes de salmones desde sus jaulas, provocando que 400 mil peces hayan terminado en el fondo del mar, con todos los negativos efectos ambientales que esto representa.
Hay muchas señales que están dando cuenta de la urgencia de que la industria acuícola extreme todavía más sus medidas para la protección ambiental. Así como los candidatos al Congreso por la zona tienen posturas muy definidas sobre la materia y la mayor regulación que se requiere, es probable también que la propia Convención Constitucional conduzca las reglas hacia la necesidad de establecer mejores protecciones ambientales, y que sin duda redundarán en un cambio en la explotación de los ecosistemas marinos. Renovar y reforzar el compromiso con el cuidado del mar es, entonces, un asunto crucial para la salmonicultura.