Erwin Schnaidt

Con justificada preocupación y asombro reaccionaron algunos transeúntes que observaron cómo el hormigón recién aplicado sobre la calle Varas, estaba siendo demolido, para su posterior retiro.

En esos trabajos, localizados entre las calles Talcahuano y Concepción, se está utilizando un minicargador con martillo hidráulico, con el que se está perforando la gruesa capa de concreto que está siendo aplicada en esa vía, con motivo del proyecto municipal para su mejoramiento, que considera el tramo de calle Chillán hasta la avenida Salvador Allende.

Sin embargo, el constructor civil Fernando Martínez, representante legal de Cosal en Puerto Montt, empresa encargada de realizar el proyecto, puso paños fríos a la situación que causaba tanta extrañeza.

Esa demolición, expuso, responde a la necesidad de dar solución "a un tema estético", puesto que "el estampado en el hormigón quedó mal ejecutado", admitió.

Según explicó el administrador de la obra y profesional residente de la constructora, "el pavimento está bien, pero los de calzada van estampados. Tuvimos un problema con la calidad del estampado (en la superficie)".

El constructor civil especificó que en estas obras están aplicando "hormigones de resistencia muy rápida y no alcanzamos. Entonces, hubo que cambiar el paño. De hecho, lo vamos a repavimentar. Se sacó porque no quedó bien hecho el estampado", admitió.

De acuerdo a Martínez, el trabajo en ese paño coincidió con "un día que hubo más sol y nos faltó colocar las capas de protección. Eso nos complicó. Pero es una demolición temporal, muy menor", subrayó.

Ante una consulta, expuso que estas situaciones ocurren con cierta regularidad en estampados de veredas, ya que tal característica no es utilizada habitualmente en las calles.

"En este proyecto lo considera. Como es un hormigón de tanto espesor y de resistencia temprana (de 450 kilos), es de muy rápido secado. Entonces, si no se hace rápido el estampado, hay problemas con la penetración del estampado. Es un tema netamente estético, ni siquiera técnico", subrayó.

Martínez dijo que la aplicación de un nuevo hormigón con el adecuado estampado debería realizarse durante esta jornada.

Romper y reemplazar

Luis Díaz, delegado de los vecinos y comerciantes del tramo entre calles Talcahuano a Valdivia, validó lo afirmado por el representante de Cosal. Dijo que al observar las maniobras, tomó contacto con la empresa constructora y que quedó satisfecho con la explicación y acciones que están aplicando.

"Para resolverlo, deben romper y reemplazar. Esta situación es algo que puede suceder en estas obras. Esta es la única solución eficaz", planteó.

Díaz descartó que sea una situación que pueda tener un impacto mayor en el desarrollo del proyecto.

Agregó que "se comprende que es un aspecto que puede ocurrir" y que "entre atajar y corregir ahora, versus taparse los ojos para que después de entregado se genere más daño e intervenciones mayores, es mejor (repararlo) ahora".

El delegado de ese sector reforzó lo anterior, al añadir que "lo eficiente es que no ocurra. Lo eficaz es que sí ocurra, que se arregle de inmediato, como está ocurriendo. Lo ineficiente y tonto sería taparse los ojos y luego parchar y parchar eternamente".

$ 8.304 millones es el valor total de la obra, dineros que fueron aportados por el Gorel.

600 metros, aproximadamente, consideran las obras en calle Varas.

Hace unos años un vieo, que se volvió viral, mostró cómo un cliente de una cadena de comida rápida, muy alterado, exigía un producto en particular. No existió consideración con los trabajadores ni con los demás clientes presentes. Él quería su pedido "aquí, ahora y ya".

Tal vez nos pareció jocoso, porque lo veíamos como un exceso, algo fuera de la civilidad. Hoy ya no es tan particular. Es habitual presenciar, o incluso ser partícipes directos o indirectos, de actos así, de exigencia inmediatas. Tomamos nuestras necesidades como las más importantes y urgentes.

Ello justifica que nuestra conducta sea agresiva, temeraria e impulsiva. La escena del "cuarto de libra" se exacerba a límites insospechados en la actualidad.

Conductores que violan las reglas del tránsito por nimias razones, clientes agresivos, "funas" en redes sociales, imputaciones livianas, detenciones ciudadanas al límite; esto impone la autotutela, contra toda normatividad existente. Hemos visto en redes sociales o televisión que, ante un accidente vehicular, muchas veces no se denuncia, se prefiere romper o impactar el vehículo contrario, y, en extremo, dirigir la acción contra la persona que conducía. La justicia en nuestras manos.

Es posible entender que estamos enfrentados a situaciones de estrés, pandemia, necesidades económicas o desconfianza en el sistema, pero nunca se justifica violentar al otro en pos de mis necesidades, deseos o reclamos.

La infinidad de necesidades nos alejan del bien común.

Jurídicamente vulneramos derechos básicos, reconocidos en la Carta Fundamental, como presunción de inocencia, debido proceso, derecho a la honra y dignidad del ser humano, sobre los cuales podemos recurrir ante los tribunales. Sin embargo, desde lo ético podemos aportar con practicar las virtudes cardinales, que nos llaman a la prudencia, la fortaleza, la templanza, pero de forma relevante a la justicia, aquella de la cual Santo Tomás de Aquino señaló que "es alabada en la medida en que el virtuoso se comporta bien con respecto al otro" (ST, II-II, q. 58, a. 12, in c), practicándola en ese sentido la sociedad logrará una pacífica convivencia.