Conducción responsable
Se acercan las fiestas de fin de año, y con ellas, el riesgo de incremento de accidentes vehiculares por el descuido de los conductores. El exceso de velocidad es, por lejos, la infracción más frecuente cometida en calles y carreteras del país según los informes de Carabineros.
La conducción responsable de vehículos motorizados se debe abordar con frecuencia, de modo que quienes están detrás de un volante entiendan la gran responsabilidad que asumen cuando guían un automóvil. Esto es particularmente importante durante diciembre, cuando aumenta la circulación de vehículos. Por estos días es frecuente ver cómo algunos conductores hacen caso omiso de la normativa del tránsito. Desde quienes se estacionan en lugares prohibidos, o en doble y hasta en tercera fila, los que aparcan arriba de las veredas, en los pasos de cebra de uso peatonal, en lugares de entrada de vehículos o en las esquinas. Tampoco se respetan los límites de velocidad, no toman las precauciones para realizar un adelantamiento seguro y algunos automovilistas hacen mal uso de las vías exclusivas para buses. Mención aparte merece lo que se ha transformado en algo usual, de circular con tubos de escape arreglados en autos o motos, que generan altos niveles de contaminación acústica. Probablemente los controles de éstas y otras infracciones no son lo suficientemente rigurosos para terminar con estos excesos.
El exceso de velocidad es la infracción más cometida por los conductores, según informes de Carabineros. Ya sea porque el parque vehicular ha tenido una gran renovación, con vehículos de mejor tecnología, o porque hay un mejor diseño vial, los conductores tienden a acelerar más y a sobrepasar los límites.
Si bien desde diversos frentes se ha insistido en reiteradas ocasiones en la necesidad de que los conductores adopten actitudes defensivas y de las negativas consecuencias que un acto irresponsable y temerario puede ocasionar, pareciera que los avances en este sentido van demasiado lentos y de manera más habitual de lo esperado ocurren tragedias. Aunque no se puede desconocer que hay responsabilidades compartidas en la tarea de la educación vial, está claro que sólo habrá resultados concretos si todos los esfuerzos emprendidos, tanto por Carabineros como otros organismos del Estado y la sociedad civil tendientes a reducir las estadísticas de infracciones y de accidentabilidad, son realmente asimilados por los conductores y éstos, finalmente, toman conciencia de su responsabilidad.