Correo
Renacer de la patria
He de esperar que se respeten los resultados de la elección y trabajemos todos por un mejor Chile, para todas y todos. Ojalá las promesas de campaña se cumplan y los legisladores hagan su pega de trabajar por el bien ciudadano y no taponear el desarrollo de nuestra patria, como no lo hicieron estos últimos cuatro años y cuando tuvieron mayoría miraron para el lado.
Esperemos que este lunes sea un nuevo renacer de nuestra patria y juntos trabajar por un país en desarrollo, libertad y respeto, gane quien gane.
Feliciano Díaz Lemus
"Macho alfa"
La madre naturaleza, sin palabras, sin letreros, sin arengas, nos muestra y enseña con sentido común el reparto y distribución de roles que tácitamente ha preservado tanto a la especie humana como a la civilización misma y a través de miles de años. Pero el macho alfa de antaño, reconocido y respetado como la autoridad dentro de su grupo, ha devenido en un rol menor y a veces anulado por los vaivenes sociales de los nuevos vientos que están soplando y reacomodando a nuevas figuras que igualmente exigen un espacio.
Por eso, es hora de reconocerle a los hombres que sacrificando su propio bienestar, han mantenido cohesionada a su familia, sana y feliz, pese a las limitaciones propias de la ruptura familiar y cuál macho alfa han llevado a su prole exitosamente al final del camino trazado. Sin embargo, en un reciente acontecimiento trágico ha perdido la batalla, luchando contra las llamas para salvar su propia vida y la de sus pequeños hijos a su cargo en el caso de la vecina comuna de Puerto Varas, un representante de ellos, y bien vale un homenaje póstumo poniéndolo en valor, al reconocer que sí existen los machos alfa, equiparando su resistencia emocional con su contraparte de género, evitando desbordar las reacciones humanas de violentos instintos revanchistas que en la práctica suman las estadísticas.
El equilibrio social siempre dará buenos frutos como aquel de descomprimir la sensación de desigualdad y favoritismo de género.
Marlene Cárdenas Siebald
Ser solidarios
Después de varios meses combatiendo una pandemia que ha sacado lo mejor de nosotros, cobra mayor relevancia reflexionar y practicar el valor de la solidaridad. Reafirmar su importancia para la sociedad nos debe llevar a reconsiderar el ser solidarios no como una acción que realizamos una vez al año, sino como una parte fundamental de nuestra configuración como personas.
Ser solidarios en nuestra cotidianidad es lo que hará la diferencia, apoyando a nuestras familias, escuchando a amigos, un saludo en la mañana a un desconocido, ser voluntario tras un incendio, ceder el asiento en el bus o donar sangre, son acciones que podemos realizar cotidianamente. Ayudar al otro genera satisfacción y un sentimiento de gratitud que está relacionado con el bienestar subjetivo.
Comprometernos con lo social y ser solidarios con los demás también genera nuevas emociones, las cuales dotan de sentido las acciones que llevamos a cabo. Cuando somos solidarios transformamos nuestro entorno y nos transformamos a nosotros mismos; cambiamos nuestros pensamientos y desplegamos nuevas formas de ser y de estar en el mundo.
Mirar a nuestro alrededor y reflexionar sobre los logros de la humanidad y los desafíos a los cuales nos estamos enfrentamos en lo político, lo social, lo económico, lo ambiental, incluso en lo intercultural, nos debe dotar de nuevos sentidos para solidarizarnos con los demás, generar nuevos lazos de cooperación y trabajar juntos para lograr la sociedad que soñamos.
Ana María Calderón, académica de la Universidad San Sebastián
Legado de O'Higgins
Los seres humanos que han marcado con sus acciones la historia de los países, no siempre han sabido cuando retirarse, abandonando la vida pública y dejando el camino libre a las nuevas generaciones. Bernardo O'Higgins, en dicho sentido, nos deja un ejemplo impresionante, primero por su abdicación y autoexilio, ambas manifestaciones de lo expresado, que demuestran su predisposición a abandonar el poder y en segundo lugar, cuando años más tarde ratificó rotundamente lo anterior.
En carta publicada en Perú en 1826, dijo: "Bajo la sombre de mi viña y de mi higuera, libre del ruido de las armas y de las afanosas escenas de la vida pública… Sin escuchar a ninguno, he determinado vivir contento de todo y dejarme conducir lentamente por la corriente de la vida hasta descansar con mis padres".
Los hombres públicos como Bernardo dejan como claro legado no sólo sus acciones, sino además su inacción, cuando ella contribuye al bien común general. Siempre habrá quienes lo hagan igual o mejor que nosotros, por lo que en el permanente avance de los tiempos, vendrán sí o sí por cierto, quienes nos sucedan.
Antonio Yakcich Furche, Instituto O'Higginiano