Frontera climática desértica se acerca rápidamente a Los Lagos
CAMBIO CLIMÁTICO. Experto asegura que, de acuerdo a la tendencia pluviométrica, de aquí a 50 años la región cambiará por completo su ambiente y vegetación.
El año 2022 llegó con días de precipitaciones en Puerto Montt (35,6 milímetros de agua caída versus los 12 mm., de 2021); sin embargo, la situación está lejos de ser positiva para la zona.
Más allá de estas lluvias, la tendencia de los últimos años y lo que se proyecta para el futuro es de cada vez más altas temperaturas y menos agua desde el cielo.
El cambio climático, principalmente, ya ha modificado dramáticamente las estadísticas locales y lo seguirá haciendo, incluso más rápido de lo que se proyectaba hasta hace poco.
Así lo estima el químico Iván Vega, experto en combate de incendios forestales y fundador de Tequia, emprendimiento que busca soluciones químicas a problemas medioambientales.
Su postura es clara: "Nosotros estamos viviendo el inicio del fin de cómo conocemos Chile en condiciones verdes. El paisaje va a cambiar. No va a ser un desierto como el del norte Chico, pero basta con ver hoy los cerros de la zona norte de Santiago, prácticamente muertos, sin vegetación porque no hay lluvias ni humedad. Los parques nacionales están muriendo en esta zona, porque no hay agua".
Una declaración que sonaría apocalíptica, pero que -dice- está amparada en los datos y proyecciones de acuerdo a la tendencia atmosférica y de agua caída.
"Nosotros vamos determinando (escenarios) de acuerdo a la pluviometría que existe en la zona. Y los descensos por la sequía es uniforme al proceso de frontera climática. Todos los datos que hemos calculado y entregado son por la pluviometría, porque es una estadística. No es un capricho de si un año es seco o no. Cuando vemos que la curva desciende en precipitaciones no es casual, es por efecto del cambio climático", explica, agregando una sentencia clara: "no vamos a tener una condición de lluvia normal como era antes en la zona".
En definitiva, Vega explica todo como un gran círculo vicioso del que es difícil salir.
"Yo viví más de ocho años en Puerto Varas y en esa época, principios de los 2000, prácticamente pasábamos 10 meses de lluvia. Hoy no pasan los seis meses. Ese efecto ocasiona que el bosque lluvioso, el 'siempreverde' va desapareciendo. El bosque lluvioso es muy especial. Cuando uno dice 'la frescura del bosque', no significa que va a perder el color verde, sino que la humedad que hay en el ambiente, permite el incremento de las precipitaciones. Cuando baja la humedad relativa del aire y baja ese frescor, permite la circulación de las altas presiones que son las que determinan la falta de lluvia. Es un complemento de información, es un complemento de información, porque desde el punto de vista medioambiental, el cambio climático no sólo afecta a la pluviometría, sino el efecto: la falta de pluviometría, la desaparición de los bosques lluviosos".
Explica además que "la sequía no sólo es que no cae agua al suelo, tiene que ver con el ambiente que propicie más lluvia. Si hay calentamiento superficial de la tierra, se generan vientos cálidos y esto genera altas presiones que impide más lluvia (...). Cambia el clima de cada zona por este efecto. La