Viggo Mortensen vuelve a su faceta menos conocida: escribir poesía y leerla al público
GENTE. El actor y director avanza en su segundo trabajo y espera el estreno de su última película mientras hace lecturas comentadas: "Me encanta ir al cine y perderme en la oscuridad cerca de otra gente que no conozco".
Agencias/Redacción
La irrupción masiva de las plataformas para ver películas en dispositivos digitales no acabará con los cines tradicionales, a juicio del actor, guionista, director y productor estadounidense Viggo Mortensen, que este jueves mostró en Avilés, España, otra de sus facetas, la de escritor, con una lectura comentada de sus poemas sobre el escenario del Centro Niemeyer.
"Yo soy antiguo en eso, a mí me encanta ir al cine y perderme en el cine, en la oscuridad, cerca de otra gente que no conozco, para inspirarnos y sorprendernos con lo que vayamos a ver", señaló Mortensen a Efe horas antes de su encuentro con el público.
El actor que alcanzó la fama mundial encarnando a Aragorn en la trilogía "El Señor de los Anillos" se encuentra ahora inmerso en su segundo trabajo de autor, una película sobre amor y venganza, con guion -escrito durante el confinamiento-, dirección y producción propios, un proyecto que, admite, sería más fácil vender a una plataforma, pero que aspira a estrenar en salas de cine.
Neoyorquino de nacimiento, aunque con ascendencia danesa y ocho años de su niñez viviendo en Argentina, Mortensen eligió España para fijar una de sus residencias, un país donde tiene familia y amigos, y asegura haber conocido Asturias en una visita previa para familiarizarse con el buceo en cuevas cuando preparaba el papel de la última película que protagoniza y que estrenará en abril próximo.
Se trata, recordó, de un historia basada en la operación internacional llevada a cabo en junio de 2018 para rescatar a un grupo de 12 niños de un equipo de fútbol y su entrenador, atrapados en la cueva Tham Luang Nang No (Gran Cueva de la Dama Dormida), en Tailandia, en la que interpreta el papel de uno de los buzos de nacionalidad inglesa.
El poemario
De forma paralela, Mortensen desarrolla una carrera literaria que le llevó a publicar el poemario en español "Lo que no se puede escribir", que incluye fotografías que realizó en 2018, y que vio aplazada su presentación por la pandemia y por los sucesivos rodajes que tuvo.
Algunos de los poemas de ese libro forman parte de la selección que leyó el jueves, un proceso que le resulta "interesante", ya que lo obliga a "repasar" viejos textos que no había leído hace mucho y recordar así la época en la que los escribió y lo que le ocurría a él o a sus amigos en ese momento concreto.
De hecho lo compara con el gesto de revisar un álbum de fotos "donde se ven imágenes de familias o amigos, pero que el 90% de lo que se recuerda está fuera del marco de la foto, porque hace alusión a cómo estaba uno en ese momento, con quién vivías, de quién estabas enamorado o quién murió entonces".
Para Mortensen, compartir sus poemas con el público sobre un escenario es como estrenar una película "y nunca se sabe cómo va a reaccionar, que siempre es de diferente manera", aunque la cinta sea la misma. "Con la poesía sucede lo mismo: al leer un poema, algo pasa entre mi boca y la persona que escucha, es un proceso interesante que siempre evoluciona".
En ese álbum de la vida, asegura, la fotografía fija de hoy tiene que ver con la situación actual, "con la gente que se enferma, que muere, y el proceso de aceptación", aspectos que toca en su último libro pese a tener la sensación de haber abordado ya "todos los temas".
A su juicio, la pandemia que sufre el planeta "a la fuerza hace pensar y ser conscientes de que nos podemos infectar, sin saber qué va a pasar, porque la vida es incierta y, hasta cierto punto, es saludable aceptarlo, e intentar aprovechar al máximo cada día. Puede sonar cursi, pero es así".
"Sabemos que podemos enfermarnos y morir en cualquier momento; nos puede atropellar un camión, es decir, puede pasar cualquier cosa en el día a día, aunque no vamos por la vida pensando en eso porque nos volveríamos locos", apunta.
Cine, poesía, música, fotografía y pintura "son herramientas para hacer lo mismo", es decir, "observar, inferir, formar opiniones, tener sentimientos sobre ello y expresarlo, todo tiene el mismo propósito", pero siempre con la incertidumbre, señal el actor.
"No se puede controlar ni la naturaleza ni cómo sale tu trabajo o tu forma de expresión, aunque la duda es semilla, en el mejor de los casos, de soluciones y modos de afrontar obstáculos, ayudan, pese a que sean frustrantes", concluye.