Correo
Pueblos originarios
Hace algunos meses, la Sociedad Chilena de Lingüística (Sochil), fue convocada por la Convención Constitucional para que se pronunciara sobre la diversidad lingüística en nuestro país y su consagración política, en el marco de la redacción de una nueva carta magna.
Efectivamente, Chile es y ha sido un país multilingüe. Sin duda, el estado actual de las lenguas originarias (quechua, aymara, mapudungun, rapanui, kawésqar, yagán), es de preocupación académica, pero debería ser una preocupación nacional, pues en ellas reside el valor cultural e histórico de los pueblos prehispánicos. Por su carácter minoritario, sus hablantes han tenido que volverse bilingües por la fuerza, dado que el español no solo ha sido la lengua preferida, sino la oficial en la mayoría de los países hispanoamericanos.
La preeminencia del español sobre otras lenguas ha llevado a un debilitamiento de estas, con el consecuente riesgo de que las futuras generaciones las olviden, producto del conveniente monolingüismo del que somos testigos en la actualidad.
El dilema actual no ha sido extraño en otras latitudes. El caso neozelandés, citado por la comisión ad hoc de Sochil, muestra cómo el respeto por la identidad cultural se manifiesta a través del reconocimiento de la lengua como vehículo de cultura y de actividad política. Sin embargo, debe estar acompañada de acciones de protección y divulgación, de modo tal que la revitalización contribuya a su mantención en el tiempo.
Estamos en un momento histórico, en que se están revisando las bases del Chile que queremos en el futuro. Sería una excelente decisión constitucionalizar el uso y fomento de las lenguas indígenas, lo que contribuirá a establecer nuestro país como una nación multilingüe y se hará justicia después de medio milenio de invisibilización. Así, estaremos cuidando el patrimonio cultural intangible más importante que tiene el ser humano: la lengua.
Dr. Miguel Bargetto y Dra. Marcela Cabrera. Académicos Facultad de Educación, UDLA
Putin y Ucrania
Entre ataques cibernéticos al sistema de gobierno ucraniano e información de inteligencia estadounidense, que afirma posibles falsos ataques de Rusia a sus propias fuerzas militares desplegadas en la frontera con Ucrania-para justificar una invasión a Ucrania-, la escalada en Europa oriental parece no detenerse.
Vladimir Putin, en su artículo "Por la unidad histórica de rusos y ucranianos", publicado en julio de 2021, ha sostenido radicalmente que Ucrania no existe, y que cada elección política que intente hacer es irrelevante, ya que Ucrania es parte integral de Rusia.
Ucrania ha tenido sus propios períodos de independencia durante el siglo XX, y en su historia, se diferencian constantes competencias de distintas facciones por el poder, a diferencia de Rusia, que ha tenido el monopolio del poder (jerárquico) imposible de romper.
Desde el año 2000, Putin ha tratado de subordinar a Ucrania (2004, La Revolución Naranja) hasta el 2014, cuando Putin- durante la revolución de Euromaidán, en donde fue derrocado el presidente prorruso Víctor Yanukóvich- anexó Crimea a su territorio aprovechando la coyuntura y, aún más, invadió el Este de Ucrania, en la llamada guerra de Donbáss (14.000 muertos).
Crimea, que solía ser un destino de vacaciones para ucranianos y rusos, ahora se ha convertido en una enorme base militar rusa, en donde los derechos civiles, libertad de prensa y religiosa han sido masivamente denegados para su población.
¿Por qué Putin está lanzando esta ofensiva entonces? Primeramente, el autócrata está pensando en su legado, hacer una Rusia más grande; segundo, Putin está absolutamente convencido de que Ucrania no es un país, sino parte integral de Rusia; tercero, falta de liderazgo en la Unión Europea (sin Merkel) y EE. UU. preocupado de China, la pandemia y el cambio climático. Por último, la molestia con el presidente ucraniano actual Volodímir Zelenski, que aspira a ingresar a la OTAN y a la Unión Europea.
Putin está dispuesto a humillar a occidente, rompiendo así el orden internacional, si hace efectiva la invasión, significa que -después de ésta- la invasión de China a Taiwán será inminente.
Patricio Torres Luque. Académico Depto. Gestión Organizacional UTEM.
Educación y tecnología
Vivimos una época en que las tecnologías están cambiando constantemente; en donde cada día se debe aprender a usar las nuevas herramientas que van surgiendo y a adaptarse a ellas, para no quedar detrás en esta acelerada carrera de digitalización. En este Día Internacional de la Educación, conmemorado ayer, hablemos de la importancia de que los estudiantes del país estén preparados para enfrentar el futuro digital, en el sentido de que deben saber que cada día tendrán nuevos desafíos y que deberán trabajar en equipo para aprender a usar estas tecnologías que van a ir surgiendo.
José Tomás Guzmán, socio líder área Tecnología en Addval