La sequía: una realidad que llegó para quedarse
En la medida en que todos hagan una utilización eficiente del agua se evitará llegar a medidas extremas. La falta pastos de los últimos años ha golpeado la actividad ganadera y hay una considerable baja de la población de abejas
Los recursos hídricos y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en el crecimiento económico, la reducción de la pobreza y la sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población, el crecimiento y tiene impacto positivo en la vida de las personas, al incidir en cuestiones que tienen que ver con la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y el medio ambiente.
Sin embargo, Chile enfrenta al menos trece años consecutivos de sequía. Y se ha pronosticado que el presente verano será más caluroso y seco de lo normal. En los últimos años, Chile perdió el 20% del agua de sus embalses y, paralelamente, la menor existencia de lluvias y nevazones invernales hicieron difícil recuperar el nivel del recurso acumulado. Esta sequía histórica, a la que se suma el impacto de los incendios forestales del verano, genera también complicaciones para enfrentar el riego en el agro. La falta de pastos de los últimos años ha golpeado la actividad ganadera y hay una considerable baja de la población de abejas, lo que afecta la producción apícola.
El cambio climático es una realidad, y está la creciente necesidad de agua que tienen la agricultura, la industria y las ciudades. Por otra parte, la contaminación de ríos, lagunas y lagos es cada vez mayor, lo que acelera la crisis. Y mientras la zona centro sur enfrenta el déficit de lluvias, en el norte de Chile, la desertificación avanza sin cesar.
Como parte de los esfuerzos para enfrentar la compleja crisis hídrica por la que atraviesa el país se están ejecutando 21 proyectos seleccionados del Fondo de Investigación Estratégica en Sequía, convocatoria extraordinaria de seis mil millones de pesos, para promover el desarrollo de soluciones de I+D frente a esta emergencia, en áreas como las ciencias agrícolas, ingeniería, microbiología, oceanografía y geografía, para contribuir con nuevo conocimiento y soluciones tecnológicas a los desafíos de la sequía y sus consecuencias.
En la medida en que todos hagan una utilización eficiente del agua se evitará llegar a medidas extremas, como podría ser, incluso, el racionamiento del recurso.