Responsabilidad sanitaria
El periodo de descanso veraniego debe combinarse con una amplia cuota de generosidad y responsabilidad personal. El periodo estival ha sido golpeado por una cepa del coronavirus distinta a las que se combatieron durante el año pasado y que, como nunca, requiere de la responsabilidad individual.
Este año, el inicio de las vacaciones tuvo, inevitablemente, un sentido distinto, considerando que la pandemia parecía ir en retroceso y que durante el año pasado se vivieron las circunstancias más duras en torno a la cantidad de personas fallecidas y enfermas graves por covid-19, que se sumaron a las cifras de contagios que, en momentos como marzo pasado, parecían ser las más altas desde el inicio de la emergencia sanitaria mundial y del país.
La situación de 2021 trajo como lógica consecuencia mayores restricciones para la población, desde la aplicación de estrictas cuarentenas hasta restricciones de movilidad y de aforos, es decir, cantidad recomendable de personas que pueden compartir en un mismo lugar, ya sea al aire libre o en un recinto cerrado.
Por otro lado, la puesta en marcha del pase de movilidad asociado al avance personal de la vacunación, ha sido una herramienta que ha sido integrada a nuestras actividades cotidianas de manera casi natural, considerando que es solicitado en una diversidad de acciones, que van desde los viajes en buses o aviones hasta el ingreso a restaurantes, cines y lugares destinados a la entretención.
Todo este proceso, en que la comunidad ha sido protagonista a través del cumplimiento y preocupación por las nuevas normas, se suma a la internalización de medidas de protección personal, que van desde las mascarillas hasta el lavado de manos frecuente, el uso de alcohol gel y la toma de temperatura al ingresar a recintos públicos, como una forma de autocuidado de cada persona.
Tras meses de cumplir con estas medidas definidas por el Ministerio de Salud, el periodo estival ha sido golpeado por una cepa del coronavirus distinta a las que se combatieron durante el año pasado y que, como nunca, requiere de la responsabilidad individual para ser controlada.
El necesario periodo de descanso veraniego debe combinarse con una amplia cuota de generosidad
y responsabilidad personal para evitar exponerse innecesariamente a un contagio de coronavirus.