Brecha de paridad de género en Chile
Numerosos estudios han enfatizado en la positiva repercusión que tiene la participación laboral femenina en el crecimiento de los países. Para reducir la brecha de género es imprescindible el compromiso del mundo público y privado, además de la ciudadanía en general.
Muchos informes aseguran haber descubierto exactamente cuánto le tomará al mundo alcanzar la equidad de género total. Los pronósticos menos optimistas, como el del World Economic Forum, afirma que faltan casi 268 años. Aunque para Chile la historia puede ser distinta. Al parecer, varias sociedades aún no tienen claro que trabajar en reducir las brechas de género es clave para el crecimiento económico y el desarrollo.
El último informe Women in Work Index 2022 de la consultora internacional PwC, que evaluó los resultados laborales de las mujeres en 33 países de la OCDE, indicó que si las tasas de empleo femenino aumentaran al 67%, se podría incrementar el PIB cerca del 30%. Según Alejandra Fuenzalida, directora ejecutiva de United Way Chile, filial de esta ONG internacional especializada en programas de voluntariado corporativo, con presencia en más de 40 países, el mismo estudio mostró algunas mejoras para Chile con respecto a la medición anterior, como por ejemplo, que la participación femenina en la fuerza de trabajo aumentó de 44,9% a 52,5%. Sin embargo, aún está en uno de los últimos lugares del ranking, sólo por sobre México y Corea. Este aumento lo atribuyen a medidas paliativas de recuperación, luego de la peor parte de la pandemia, que no responden a cambios culturales más profundos que se puedan mantener en el tiempo. Con todo, plantea Fuenzalida, su proyección para que la participación femenina en la fuerza laboral logre igualar la masculina (80%) es de 67 años. Es decir, de cumplirse este pronóstico, al menos una generación más de mujeres no verán la meta alcanzada. Esto, sin mencionar la brecha salarial.
El desafío de la paridad de género tiene muchas aristas y, por lo tanto, variadas posibilidades para tomar acciones concretas. Es necesario un compromiso transversal, tanto del mundo público como privado, a través de capacitación, educación, apoyo en el cuidado de los niños y de la familia en general, que son razones por las que las mujeres se han quedado atrás en la vida laboral.