Plaza de Armas a oscuras
El principal espacio público de Puerto Montt se ha convertido en un sitio que no brinda condiciones de seguridad apenas llega la noche. La cartera de Vivienda tiene que reaccionar con prontitud y acelerar la instalación de las luminarias pendientes.
La plaza central de cada ciudad debería ser un lujo. Llámese de Armas, que es lo más común, o con cualquiera otra denominación, es el espacio público por excelencia que define el espíritu urbano, su pasado y su proyección. Por algo cada una de las plazas cívicas está frecuentemente rodeada de las sedes del poder cívico y alrededor de ella se va configurando la actividad comercial. Y no sólo eso, ese es el punto principal al que confluyen las familias en los días de solaz; se lleva ahí a los niños apenas empiezan a caminar, casi como un ritual cívico de la vida en comunidad, para que se rodeen de gente, jueguen con sus pares o sencillamente aprendan a disfrutar de los detalles urbanos.
Por todo esto es que debiese llamar a alerta ya entre los puertomontinos el nivel en que se encuentra actualmente la plaza de Armas de la capital regional, durante meses sometida a trabajos de remodelación y ahora sumida en el silencio de la falta de información por su avance y en las penumbras apenas cae la noche. Tal como ha sido advertido por numerosos lectores y columnistas, el que debería ser el gran paseo público (a falta de otros) se ha convertido en una peligrosa boca de lobo por la falta de luminarias, agudizado desde el fin de semana por los días más cortos que traerán el cambio de hora y el avance del otoño y luego el invierno. Para muchos, transitar por ahí a la hora de la salida del trabajo implica un riesgo, más aún si se considera la inquietante alza de los delitos de connotación social, expresada en la captura de una banda que secuestró a una persona en la zona céntrica y que fue rescatada por Carabineros en el sector de Pelluco, mientras era golpeado por los delincuentes.
El municipio apuntó al Ministerio de Vivienda por el retraso en la instalación de las luminarias (¿se habría aceptado algo así, por ejemplo, en comunas como Santiago o Providencia?). Y como el Gobierno se demoró en nombrar a las autoridades regionales, se ha perdido tiempo valioso en los procedimientos administrativos a seguir.
Urge que desde Vivienda se acelere la instalación de las luminarias. Es indigno que Puerto Montt tenga una boca de lobo como plaza de Armas.