Las reiteradas pruebas de violencia asociada a escenarios escolares han hecho que la comunidad se pregunte qué puede estar sucediendo. Muchos buscan explicaciones reduccionistas a lo individual, asumen que las personas violentas padecen o poseen algún trastorno psicológico, y por ello, implementan intervenciones desde esa perspectiva que claramente no funcionan, porque la violencia se ha mantenido y, por tanto, queda de manifiesto que urge que las instancias asociadas a la enseñanza, a la prevención de la violencia y a la salud mental, busquen otras explicaciones más allá de lo tradicional.
Luis Pino, director de la carrera de Psicología de la Universidad de Las Américas, plantea que
se ha responsabilizado a la pandemia y todo lo que ello implica, como el encierro, distanciamiento, disminución de las relaciones físicas y restricciones de los encuentros, como causa de esta violencia, sin embargo, esto también sería un reduccionismo, puesto que se estaría poniendo en la contingencia sanitaria la causa de una conducta que se vuelve cada vez más frecuente.
Por lo anterior, dice el experto, es que la invitación es a una reflexión un poco más profunda. ¿Es la pandemia la causante de esta problemática? Es decir, pensar que fenómenos como la violencia sean lineales y que sus causas se pueden evidenciar fácilmente, aleja e invisibiliza mucho más del verdadero problema y sus causas, pues el contexto de pandemia también ha permitido evidenciar el grado de violencia de los jóvenes y de la ciudadanía en general.
Asimismo, hay una creciente prevalencia en salud mental, entendida como un malestar relacional y psicológico, en un escenario donde el acceso a atenciones primarias y tratamientos de salud mental es para unos pocos afortunados o simplemente privilegiados. Hay una sociedad con un malestar permanente.
La pandemia no sólo ha demostrado la fragilidad humana, ha develado además la condición de vulnerabilidad respecto de la salud mental de la población chilena, expresándose en la diversidad de manifestaciones de la violencia a nivel escolar, laboral, familiar y de pareja.